¿Cómo se deberían adaptar los entornos laborales a la COVID-19?
Serie | COVID-19 y estrategia de respuesta #10
13.05.2020Este documento forma parte de una serie de notas de debate que abordan preguntas fundamentales sobre la COVID-19 y las estrategias de respuesta. Los trabajos han sido elaborados sobre la base de la mejor información científica disponible y pueden ser actualizados a medida que esta evolucione.
Escrito por Manolis Kogevinas, director científico del Programa Severo Ochoa y Research Professor de ISGlobal, y Kurt Straif, Associated Researcher de ISGlobal y Visiting Professor de Boston College (EE. UU.), el documento aborda la adaptación del entorno laboral por la pandemia de la COVID-19.
La hoja de ruta europea para el levantamiento de las medidas de contención de la COVID-19 indica que “la reactivación de la actividad económica debe ser gradual, garantizando así que las autoridades y las empresas puedan adaptarse adecuadamente y de forma segura al incremento de las actividades. Hay varios modelos (trabajos con poco contacto interpersonal, empleos adecuados para el teletrabajo, importancia económica, turnos de trabajo, etc.), pero no toda la población debería reincorporarse a su puesto de trabajo al mismo tiempo, y debería prestarse una atención especial, en un primer momento, a los grupos y sectores menos amenazados y a los grupos esenciales para desarrollar la actividad económica (por ejemplo, el transporte). Puesto que el distanciamiento social deberá seguir aplicándose en gran medida, se deberá seguir fomentando el teletrabajo. En el lugar de trabajo deberán observarse las normas en materia de salud y seguridad impuestas debido a la pandemia”.
El presente análisis se basa en documentos internos de ISGlobal y en documentos procedentes de otros organismos. Deberá revisarse a medida que se recaben nuevos datos.
Efectos de la COVID-19 sobre la salud en el lugar de trabajo
- Riesgo principal: infección por SARS-CoV-2
- Estrés
- Síndrome del desgaste profesional
- Estigma (como posible portador de la infección)
- Absentismo laboral
- Muchos efectos indirectos derivados del teletrabajo y de la menor actividad física (por la reducción de desplazamientos activos y el confinamiento en general)
Trabajos con un riesgo alto, medio o bajo de infección por SARS-CoV-2
En este documento hemos clasificado el riesgo en tres niveles:
- Trabajos que presentan un alto riesgo de exposición. Los trabajos que entrañan un alto riesgo de exposición son aquellos que comportan un gran potencial de exposición a casos sospechosos o confirmados de COVID-19. Se incluyen en este primer grupo los profesionales sanitarios como personal médico y de enfermería, y dentistas, además de profesiones con frecuente y cercano contacto con la población general (como guardas de seguridad o conductores de taxis) en períodos de alta frecuencia de COVID-19.
- Riesgo de exposición medio. La OSHA (la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional de los EE. UU.) define los trabajos que comportan un riesgo de exposición medio como aquellos que requieren un contacto frecuente o cercano con personas que puedan estar infectadas con SARS-CoV-2, pero que no son casos sospechosos ni pacientes confirmados con COVID-19.
- Riesgo de exposición bajo. Los trabajos con bajo riesgo de exposición son aquellos que no implican contacto con casos sospechosos o confirmados de SARS-CoV-2 ni contacto cercano y frecuente con el público en general o con otros compañeros de trabajo.
Preparación del lugar de trabajo
La preparación del lugar de trabajo debe tener en cuenta el riesgo tanto en el pico de la epidemia como durante las fases de desconfinamiento y debe aplicarse a todos los lugares de trabajo. Esta adaptación del entorno de trabajo a la crisis de la COVID-19 depende de la forma de transmisión, la prevalencia de la enfermedad y el grado de inmunidad de la población.
Es esencial que las empresas desarrollen un plan de preparación y respuesta ante enfermedades infecciosas que vaya en paralelo a la planificación de la pandemia por parte del gobierno y que pueda ayudar a orientar las acciones de protección contra la COVID-19 en el lugar de trabajo. La planificación debería considerar y abordar el nivel de riesgo asociado a cada puesto de trabajo y a las tareas que desempeña el personal.
Es esencial que se establezcan medidas preventivas en los lugares de trabajo, incluyendo el distanciamiento físico, la higiene de manos y la higiene respiratoria.
Las y los empleados deben poder opinar en tanto que comunidad de trabajadores, deben estar informados y comprometidos y participar en la transición.
Se debe priorizar la flexibilidad en la forma en la que se prepara, regula y moviliza la fuerza laboral.