Investigación con impacto contra la malaria, una urgencia de salud pública continua
La Fundación Ramón Areces e ISGlobal organizan una jornada científica para abordar el estado de las estrategias de lucha contra la malaria
06.04.2022Nos encontramos en un momento crítico en la lucha contra la malaria. Después de un inicio de siglo XXI esperanzador, en el que se produjeron significativos avances contra la enfermedad, en 2017, el Informe Mundial sobre la Malaria elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) documentó por primera vez que el progreso se había estancado. La irrupción del virus SARS-CoV-2 y la crisis sanitaria global desencadenada por la pandemia COVID-19 no han hecho más que agudizar las tendencias negativas de los años anteriores. Los retrocesos observados, por primera vez, en términos de aumento de la mortalidad por malaria a nivel global evidencian la urgencia de salud pública continua que representa esta enfermedad.
Con el objetivo de entender en qué situación se encuentra la lucha contra la malaria, la Fundación Ramón Areces y el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación “la Caixa”, han celebrado hoy, en Madrid, la jornada “Malaria: Investigación con impacto en tiempos de COVID-19”. En ella, se han expuesto los múltiples desafíos a los que la comunidad científica global se enfrenta, así como algunos de los logros conseguidos en los últimos años.
“Nuestros esfuerzos para convertir a esta enfermedad en historia deben centrarse en la aplicación de las medidas que ya existen y que han demostrado una amplia eficacia, así como seguir innovando y desarrollando nuevas estrategias que aporten soluciones de forma rápida” ha declarado Quique Bassat, director del programa de Malaria de ISGlobal y organizador de la jornada. “Es inconcebible que, como comunidad global, sigamos ignorando la emergencia de salud pública continuada que representa esta enfermedad, simple y llanamente porque esta emergencia tan solo afecte a los países más pobres”.
La malaria en un contexto de crisis múltiples
La jornada ha dado comienzo con una mesa redonda sobre la malaria en un contexto de múltiples crisis globales en la que han participado Javier Solana, presidente del ESADE Center for Global Economy and Geopolitics, la embajadora de Mozambique en España, Sra. Maria Manuela Dos Santos, y el director general de ISGlobal, Antoni Plasència. La pandemia de COVID-19, la crisis sanitaria y climática y los conflictos armados dibujan un panorama muy complejo en general, pero más aún para aquellos países azotados por la malaria y otras enfermedades de la pobreza. Para hacer frente a todo ello, es fundamental la cooperación científica entre países, como ilustra el caso de España y su inversión estratégica en el Centro de Investigación en Salud de Manhiça (CISM), en Mozambique, ha destacado la embajadora. Por su parte, Plasència ha incidido en “el importante papel de la investigación y la traslación como herramienta de preparación y respuesta ante emergencias de salud pública”. Además, ha reclamado poner en valor la excelencia de la investigación que se practica en España, y ha aprovechado para agradecer el apoyo fundamental de la Fundación Ramón Areces a la investigación en malaria de ISGlobal.
Resistencias a las artemisininas en África
La investigadora Betty Balikagala, de la Universidad de Juntendo, lideró un estudio en el norte de Uganda, entre 2017 y 2019, en el que por primera vez documentaron la aparición de resistencias a las artemisininas, la principal familia de fármacos antimaláricos utilizados en la actualidad. “La resistencia a las artemisininas se detectó primero en el sudeste asiático pero la resistencia que nosotros observamos surgió dentro de Uganda, en África, y no fue importada”, ha puntualizado la investigadora. “Además, hemos detectado que las mutaciones en el parásito P. falciparum se han expandido rápidamente en la región estudiada, por lo que existe el riesgo de que se propague a las zonas vecinas. De ser así, nos encontraríamos ante una situación muy preocupante”, ha concluido.
Conocer el mecanismo por el cual el parásito se vuelve resistente a la artemisinina podría ayudar a desarrollar mejores fármacos antimaláricos. Tobías Spielmann, investigador del Bernhard Nocht Institute for Tropical Medicine, ha detallado en su intervención las bases biológicas relacionadas con la aparición y propagación de resistencias por parte del parásito.
Lecciones aprendidas
A lo largo de la jornada científica también ha habido lugar para las notas positivas. Así, los resultados del programa MALTEM, una intervención de tres años de duración realizada en el sur de Mozambique que logró reducir los casos y la incidencia de la malaria en un 85%, han aportado valiosas lecciones para los esfuerzos globales de eliminación de la enfermedad. “El uso intensivo de las herramientas actualmente disponibles contra la malaria puede lograr una importante reducción en la carga de la enfermedad, aunque no sean suficientes para interrumpir la transmisión”, ha destacado Francisco Saúte, director del CISM en Mozambique e investigador principal del programa.
“Tenemos que optimizar todavía más la combinación de las diferentes estrategias que utilizamos contra la malaria” ha advertido Regina Rabinovich, directora de la Iniciativa para la Eliminación de la Malaria en ISGlobal y de la Alianza Científica para la Erradicación de la Malaria (MESA). “Las lecciones de la COVID-19 son que, con financiación y sentido de urgencia, se puede avanzar rápidamente. Hasta ahora, la malaria no ha recibido suficiente atención a nivel global, y la financiación sostenida para luchar contra esta enfermedad sigue siendo un reto”.
Ciencia contra el parásito de la malaria
A lo largo del tiempo, el parásito de la malaria ha encontrado diferentes vías para evadir los insecticidas y tratamientos que se dirigen contra él. Por ello, es imprescindible que la comunidad científica siga investigando para portar nuevos conocimientos que puedan ser aplicables e influir las estrategias para acabar con la enfermedad.
La nueva vacuna contra la malaria RTS,S, que recientemente ha recibido el apoyo de la OMS para su introducción en África, supone un hito muy importante en la lucha contra la enfermedad. “Aunque su eficacia es moderada, el impacto que tiene es alto”, explicaba Carlota Dobaño, jefa del grupo de inmunología de la malaria en ISGlobal. “Sin embargo, necesitamos entender mejor cómo funciona, por qué protege a unos niños y a otros no. Nuestros estudios se centran en tratar de comprender la inmunidad protectora que la vacuna RTS,S genera, para así poder diseñar una segunda generación de vacunas con mayor eficacia”.
Mientras, Alfred Cortés, investigador ICREA de ISGlobal, reclamaba que “comprender el proceso de conversión de la forma asexual del parásito a la forma sexual es fundamental si queremos detener la transmisión de la malaria”.
Al final de la jornada, Xavier Rodó, responsable del programa de Clima y Salud de ISGlobal, ha destacado que el cambio climático podría tener consecuencias directas sobre la transmisión de la malaria en zonas densamente pobladas de África, subrayando la estrecha relación que existe entre clima y salud