Un tratamiento más corto para la enfermedad de Chagas puede ser igual de eficaz y mucho más seguro
Los resultados pueden ayudar a eliminar una de las barreras para ampliar el tratamiento y aportan esperanza a los pacientes con Chagas
14.03.2019Un tratamiento de dos semanas para pacientes adultos con Chagas crónico muestra, comparado con placebo, una eficacia similar y un número significativamente menor de efectos adversos que el tratamiento estándar de ocho semanas de duración, según los resultados de un ensayo clínico en Bolivia, liderado por la iniciativa ‘Drugs for Neglected Diseases’ (DNDi), junto con el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por “la Caixa”, y la Fundación CEADES. Los resultados se presentaron por primera vez hoy durante la “XV Jornada sobre la Enfermedad de Chagas”, organizada por ISGlobal en colaboración con la Fundación Mundo Sano.
La enfermedad de Chagas afecta a unos seis millones de personas en el mundo y puede causar daños irreversibles en órganos vitales y la muerte. El benznidazol, uno de los dos fármacos usados para tratar la enfermedad, se administra normalmente dos veces al día, a lo largo de ocho semanas, de acuerdo con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y directrices nacionales.
El ensayo clínico de fase 2, realizado en tres centros de Bolivia, se inició en 2016 con el objetivo buscar la manera de aumentar la seguridad, tolerabilidad y eficacia de este fármaco, descubierto hace medio siglo. Fue el primer estudio controlado por placebo en comparar diferentes duraciones y dosis del tratamiento con benznidazol, solo o en combinación con fosravuconazol.
“Estamos convencidos que el tratamiento puede salvar a la gente de complicaciones asociadas con la enfermedad. Sin embargo, el tratamiento actual puede causar efectos adversos graves, lo cual hace que algunas personas no busquen o rechacen el tratamiento y que el personal sanitario no lo recomiende”, explica Joaquim Gascon, uno de los investigadores principales del ensayo y director de la Iniciativa de Chagas en ISGlobal.
“Hemos demostrado que un tratamiento más corto puede ser igual de eficaz y mucho más seguro. Esto podría cambiar el paradigma del tratamiento de Chagas al aumentar la adherencia al mismo y alentar su adopción por la comunidad médica”, declara Faustino Torrico, Presidente de CEADES (Bolivia) investigador principal también del ensayo.
Todos los brazos del estudio, tanto en monoterapia como en combinación, mostraron eficacia. El 80% de los pacientes en el grupo que recibió la dosis estándar de benznidazol (300 mg/día) durante dos semanas (en lugar de ocho), mostró ausencia del parásito en sangre seis y 12 meses después del tratamiento, un resultado comparable al que se observó con el grupo que recibió el tratamiento estándar de ocho semanas.
De manera importante, ninguno de los pacientes en el grupo tratado por dos semanas interrumpió el tratamiento, mientras que un promedio de dos de cada diez pacientes en el grupo estándar abandonó el tratamiento debido a efectos secundarios.
“Estos resultados son esperanzadores para la gente que vive con esta enfermedad silenciosa, y podrían cambiar la realidad del acceso al tratamiento en países endémicos. Con un régimen más sencillo, no hay excusa para no tratar a los pacientes con Chagas,” subraya Sergio Sosa Estani, Jefe del Programa Clínico de Chagas en DNDi. “Ahora DNDi continuará trabajando de la mano con programas nacionales, socios y ministerios de salud para confirmar estos resultados y tomar los pasos necesarios para registrar este nuevo régimen, de manera que este importante descubrimiento se vuelva una realidad para la gente afectada por la enfermedad”.
El ensayo fue conducido en colaboración con CEADES (Fundación Ciencia y Estudios Aplicados para el Desarrollo en Salud y Medio Ambiente), ISGlobal, la farmacéutica japonesa productora del forvucanozol (Eisai Co. Ltd), la farmacéutica argentina productora del benznidazol (Elea) y la fundación no lucrativa Mundo Sano, entre otros, y fue financiada por el ‘Global Health Innovative Technology Fund’ (GHIT).