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Mujeres y ciencia: más liderazgo y mejor investigación

07.3.2025
8M2025 ES

La ciencia necesita no solo a muchas más mujeres en puestos de liderazgo sino también una investigación y atención médica que las tenga más en cuenta.

 

[Este texto lo han escrito conjuntamente Júlia Pedreira y Silvia Gómez, investigadoras de ISGlobal y miembros de Women in Global Health Spain.]

 

Casi 73 años han pasado desde que Rosalind Franklin capturara la icónica imagen que reveló la estructura helicoidal del ADN, 122 desde que Marie Curie se convirtiera en la primera mujer galardonada con un Nobel y 166 desde que Florence Nightingale revolucionará la enfermería con sus notas.

Hoy, 8 de marzo de 2025, conmemoramos la lucha de las mujeres y reivindicamos la igualdad de derechos.

Pese a estos hitos inspiradores, la brecha de género en la ciencia y la medicina sigue siendo una realidad. Actualmente, las mujeres representan menos del 30% del personal científico, ocupan solo el 32,2% de puestos de liderazgo y han recibido apenas 6,7% de los Nobel desde la creación de los premios en 1901.

Estas cifras evidencian la infrarrepresentación femenina y subrayan la urgencia de acabar con el techo de cristal, invisible pero real.

Una mirada masculina

Más allá de la baja representación en la ciencia, los sesgos de género influyen en la investigación y la atención médica. Durante décadas, los ensayos clínicos se han centrado en sujetos masculinos, con una ratio de una mujer cada cuatro hombres, presuponiendo que los resultados serían aplicables a toda la población. Como resultado, la medicina androcéntrica ha generado vacíos de conocimiento que afectan directamente la precisión de diagnósticos, respuesta a tratamientos y pronósticos en las mujeres.


 

Un ejemplo es el infarto de miocardio. En mujeres, cuyos síntomas pueden incluir fatiga extrema, dolor de espalda o náuseas, en lugar del dolor torácico intenso típico en hombres. Esta diferencia en la sintomatología lleva a diagnósticos tardíos, aumentando el riesgo de complicaciones. Sin ir más lejos, un estudio de 2022 publicado en el Journal of the American Heart Association (JAHA) concluyó que, bajo las mismas circunstancias, las mujeres esperaban de media 11 minutos más que los hombres para ser atendidas en emergencias.

Enfermedades invisibles

Los sesgos de género también han dejado en segundo plano ciertas enfermedades, como la fibromialgia, enfermedad en que entre el 80 y el 96% de pacientes son mujeres, o la endometriosis, que afecta a un 10% de mujeres en edad reproductiva (190 millones), ambas infradiagnosticadas. Para esta última, las pacientes tardan 7 u 8 años de media en recibir un diagnóstico, soportando dolores crónicos sin tratamiento efectivos ni respuestas médicas adecuadas.

Para abordar esta problemática, iniciativas como EndoHealth, impulsada por ISGlobal, trabajan en la identificación de factores de riesgo y estrategias de diagnóstico y tratamiento para la endometriosis. Sin este tipo de esfuerzos, el sistema de salud seguirá sin proporcionar soluciones adecuadas para enfermedades que afectan mayoritariamente a mujeres.


 

Otra iniciativa involucrada en la mejora de la salud de las mujeres es el proyecto Manuela, desarrollado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que busca combatir la desinformación sobre la salud de las mujeres mediante el análisis de la microbiota y la consideración de factores como la dieta y el estilo de vida.

Corregir estos sesgos es clave para construir una medicina inclusiva y con perspectiva de género, donde la salud femenina sea investigada con la misma rigurosidad que la masculina.

Ciencia feminista: ¿qué es y por qué importa?

La ciencia feminista parte de la premisa de que el conocimiento no es neutral, sino que está influenciado por el contexto sociocultural en el que se genera. Cuestiona los enfoques tradicionales que han ignorado las particularidades de la salud femenina y promueve la investigación más inclusiva.

Un ejemplo de este enfoque es el programa LangBiTe, desarrollado por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y la Universidad de Luxemburgo, que utiliza la inteligencia artificial para detectar desigualdades de género en la investigación médica y proponer soluciones. Iniciativas como esta permiten identificar sesgos en estudios clínicos, garantizando que los resultados reflejen mejor las necesidades de toda la población.

Además de promover la participación femenina en la ciencia, la perspectiva feminista exige repensar las metodologías y la interpretación de datos, garantizando un enfoque más equitativo y riguroso.

Hoy y todos los días

Hemos visto cómo la brecha de género en la ciencia y la medicina no solo se refleja en la baja representación de mujeres en liderazgo, sino también en sesgos en la investigación, enfermedades invisibilizadas y barreras adicionales para las mujeres migrantes.

Frente a este panorama, la ciencia feminista surge como una herramienta clave para corregir estos desequilibrios y asegurar que la producción de conocimiento sea verdaderamente inclusiva. Avanzar hacia una ciencia sin sesgos no es solo una cuestión de equidad, sino una necesidad para mejorar la calidad de la investigación y la atención médica para toda la sociedad.

Desde WGH Spain, en colaboración con ISGlobal, reivindicamos el papel crucial de las mujeres en la ciencia y nos unimos a la lucha por un mundo más justo e igualitario. Cada paso hacia la inclusión es un avance hacia una ciencia más diversa, enriquecedora y transformadora.

Por esto y por mucho más, hoy y todos los días es 8 de marzo.

Women in Global Health Spain