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La importancia de los fármacos antimaláricos

21.4.2015

[Esta entrada es parte de la serie de blogs Día Mundial de la Malaria 2015 que coordina Roll Back Malaria y que se publican entre el 8 de abril y el 1 de mayo de 2015]

A medida que se acerca el Día Mundial de la Malaria del año 2015, podemos reflexionar sobre algunos de los factores clave que darán lugar al control de la malaria y a su ulterior erradicación: mejor prevención, mejoras en el diagnóstico, tratamientos nuevos o actualizados, políticas de salud conjuntas y financiación internacional prolongada, entre otros muchos aspectos.

Aun así, una de las piezas del puzzle permanece en ocasiones olvidada, o incluso ignorada: la calidad de los fármacos antimaláricos y la eficacia del tratamiento farmacológico. Es decir, la calidad de los fármacos y la dosificación de los medicamentos administrados a pacientes que sufren malaria.

Cada vez hay más pruebas que parecen indicar que existe una cantidad significativa de medicamentos y productos médicos -especialmente en países de renta baja y media- de baja calidad. El investigador en el ámbito de la malaria y experto en calidad farmacológica, el profesor universitario Paul Newton -miembro de la Universidad de Oxford y Director de Calidad Farmacológica de la Worldwide Antimalarial Resistance Network (WWARN)-  junto con Andrea Stewart, Directora de Promoción y Comunicaciones de la WWARN, nos explican cuáles son las pruebas halladas recientemente por los investigadores, y exponen algunas recomendaciones para mejorar el suministro de fármacos a los pacientes.


Imágenes escaneadas de un blister falsificado frente a uno original.

Los medicamentos de calidad subestándar (fruto de errores en la producción en la fábrica) y los medicamentos falsificados (producto de un fraude criminal) son graves problemas de salud global desatendidos. Los fármacos de baja calidad pueden provocar efectos evitables entre los que se incluyen morbilidad, mortalidad, aumento de la resistencia a los fármacos antimaláricos y pérdida de confianza en los sistemas de salud, en especial en países de renta baja y media.

La administración de medicamentos contra la malaria falsificados, que no contengan antimalárico, no causa de por sí resistencia a los antimaláricos, ya que los parásitos no están expuestos a ningún medicamento en la sangre. No obstante, los pacientes en áreas con medicamentos de baja calidad pueden continuar buscando otros fármacos si siguen enfermos, hasta que los síntomas mejoren. Si en aquel momento toman antimaláricos de calidad subestándar, fruto de errores en la producción y que por lo general contienen una cantidad menor que la indicada de antimalárico, puede crearse el entorno perfecto para que los parásitos resistentes permanezcan en el torrente sanguíneo y puedan seguir reinfectando a otros pacientes. 

Dicha combinación de medicamentos falsificados y medicamentos de calidad subestándar puede ser, con gran probabilidad, uno de los principales factores causantes de más resistencias. Si dicho factor no se controla, podrían estar en peligro las vidas de millones de personas.

La dosis farmacológica de los fármacos antimaláricos de primera línea más ampliamente utilizados también forma parte de la compleja ecuación de tratamiento. Por fortuna, disponemos de Terapia Combinada con Artemisinina (ACT) de alta eficacia, lo que permite curar la malaria en muchos de los lugares donde es endémica. No obstante, dicha eficacia se ve amenazada por el uso incorrecto de monoterapias (administración de un único fármaco en vez de una combinación de ellos), y en algunos casos por una dosificación inadecuada en grupos vulnerables como los niños pequeños. Según algunos análisis recientes de las ACT más ampliamente utilizadas, ciertos niveles de dosificación deberían ser revisados para afinar el tratamiento de distintos grupos, entre los que se incluyen las mujeres embarazadas y los bebés.

Además, las decisiones de política sanitaria, tanto a nivel global como nacional, suelen tomarse utilizando la información generada a partir de informes de ensayos clínicos. Hasta hace poco tiempo se creía que dichos ensayos eran inmunes al problema de la calidad de los fármacos. No obstante, investigaciones recientes han aportado datos preocupantes acerca de la administración de fármacos de baja calidad durante los ensayos con pacientes.

Un informe sobre fármacos antimaláricos que iban a ser utilizados en un ensayo clínico con mujeres embarazadas en África apuntó que, según los resultados de las pruebas, una de las marcas comerciales analizadas contenía menos del 90% de la cantidad indicada en la etiqueta.

Las regulaciones en las políticas correspondientes han mejorado la práctica de la investigación médica, en especial de los ensayos clínicos, y han contribuido a garantizar que los ensayos se planifiquen, se lleven a cabo y se revisen de forma más minuciosa. No obstante, estudios recientes sobre la calidad de muchos de los medicamentos utilizados en ensayos clínicos, entre los que se incluyen fármacos antimaláricos, sugieren que las directrices de los ensayos deberían incluir, de forma urgente, detalles acerca de cómo monitorizar y salvaguardar la calidad de los medicamentos empleados. 

Si la calidad de los medicamentos dentro de la cadena de suministro y la dosificación de los antimaláricos destinados a tratar a pacientes afectados por dicha enfermedad se definieran y monitorizaran de forma más específica, el impacto sobre nuestros esfuerzos para controlar y contener la malaria y la resistencia a los fármacos disminuiría de forma significativa. También podríamos fortalecer la cadena de pruebas necesaria para la toma de decisiones en política sanitaria, gastar menos financiación, siempre valiosa, en el tratamiento de la malaria y restablecer la confianza de los pacientes en la calidad de los medicamentos utilizados en el tratamiento de la malaria. La combinación de tales esfuerzos garantizaría que décadas de un trabajo que ha permitido evitar la muerte de muchas personas a causa de la malaria no habrán sido en vano, y que juntos podemos seguir trabajando para salvar más vidas, controlar mejor la malaria y lograr, con el tiempo, erradicar esta enfermedad mortal.

Más información

Más información sobre Calidad de fármacos antimaláricos y los resultados de investigación más recientes acerca de dosificación de los fármacos antimaláricos en la Worldwide Antimalarial Resistance Network (WWARN), www.wwarn.org y en Twitter @WWARN.