La amenaza de la resistencia antimicrobiana: hacia una crisis de salud global en 2050

En 2021, la resistencia antimicrobiana (RAM) fue responsable de 4,71 millones de muertes. Si no actuamos, será la primera causa de mortalidad global en 2050.

Una investigación publicada por la revista The Lancet revela que 4,71 millones de personas perdieron la vida en 2021 debido a la resistencia antimicrobiana (RAM). En un 24% de estas muertes, la resistencia antimicrobiana no fue una complicación de una condición médica existente, sino la causa directa de la muerte.

¿Qué significa esto? Que ciertos microorganismos, como las bacterias, han dejado de responder a los tratamientos antimicrobianos diseñados para eliminarlos, entre ellos los antibióticos. La causa principal es el uso inadecuado y excesivo de antibióticos y otros antimicrobianos tanto en humanos como en animales. Esto ha propiciado que algunas enfermedades se propaguen más rápidamente, se vuelvan más difíciles de tratar y, en casos graves, resulten letales. De hecho, las proyecciones estiman que la resistencia antimicrobiana podría convertirse en la primera causa de mortalidad global.

Clica aquí para ver un vídeo de menos de un minuto en que Bea te habla de las resistencias antimicrobianas y de qué puedes hacer tú para evitarlas. 

Un futuro sombrío: un 70% más de muertes por RAM en 2050

Según la investigación de The Lancet, en 2050 la RAM podría estar vinculada a 8,22 millones de muertes anuales, de las cuales 1,91 millones serían atribuibles directamente a infecciones bacterianas resistentes a los antimicrobianos. Este escenario representa un aumento del 69,6% en muertes relacionadas con la RAM entre 2022 y 2050. Las regiones más afectadas serían el sur de Asia y América Latina y el Caribe, especialmente entre los mayores de 70 años, donde el aumento de mortalidad podría alcanzar un 65,9%. Además, se estima que la discapacidad atribuida a la RAM también crecerá en un 9,4%.

Los datos actuales: mejora en niños, empeoramiento en adultos mayores

La misma investigación, sin embargo, arroja un dato positivo: entre 1990 y 2021, la mortalidad por RAM en niñas y niños menores de 5 años disminuyó más del 50%. Por otro lado, en adultos mayores de 70 años las muertes aumentaron más del 80%. Este aumento de mortalidad afectó especialmente a personas mayores de 5 años en todas las regiones analizadas. Uno de los agentes infecciosos más problemáticos fue la bacteria Staphylococcus aureus resistente a la meticilina, cuyas muertes asociadas casi se duplicaron: aumentaron de 261.000 en 1990 a 550.000 en 2021. También se reportó un incremento preocupante en la resistencia a los carbapenémicos, una clase de antibióticos considerada de último recurso en infecciones graves. El estudio muestra que la resistencia a los carbapenémicos aumentó más que a cualquier otra clase de antibióticos, y las muertes por bacterias Gram-negativas resistentes a estos fármacos pasaron de 619.000 en 1990 a 1,03 millones en 2021.

Aún es posible un futuro esperanzador

A pesar de este panorama desalentador, el informe apunta hacia una posibilidad optimista: si se mejora el manejo de las infecciones graves y se facilita el acceso a los antimicrobianos, se podrían evitar hasta 92 millones de muertes entre 2025 y 2050. Para llegar a ese escenario ideal, será necesario superar obstáculos importantes, entre ellos los altos costes de la investigación y desarrollo de nuevos antimicrobianos, así como el lento proceso de aprobación de nuevos tratamientos.

El momento de actuar es ahora

Para mitigar las devastadoras consecuencias de la RAM previstas para 2050, necesitamos una estrategia holística que combine intervenciones clave. Entre ellas destacan la prevención de infecciones, la vacunación, el uso responsable de antibióticos en la agricultura y en la salud humana, y la inversión en el desarrollo de nuevos antimicrobianos. Si queremos cumplir con el objetivo de reducir un 10% la mortalidad por infecciones bacterianas resistentes para el año 2030, estas medidas deben aplicarse de manera contundente.

Desde ISGlobal trabajamos en esta dirección mediante los grupos de investigación y la iniciativa de RAM, que participan en proyectos internacionales como AMREDUCare, reconocido por su impacto global y respaldado por estudios como el de The Lancet, para prevenir y combatir la resistencia antimicrobiana en todos los frentes.