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Inteligencia artificial para notas de prensa científicas: ¿nos va a quitar el trabajo?

27.10.2023
Inteligencia artificial notas de prensa
Foto: Markus Winkler / Unsplash (usando la aplicación de IA de Canva para extender imágenes más allá de sus márgenes)

¿Está la inteligencia artificial capacitada para escribir notas de prensa de artículos científicos o todavía es pronto para ello?

 

Nos hicimos esta pregunta y surgieron otras: ¿Qué pasaría si pidiéramos a una inteligencia artificial que escribiese una nota de prensa de un artículo científico que ni siquiera hemos leído? ¿Se daría cuenta el equipo científico responsable del estudio? ¿Y si enviásemos ese mismo texto a los medios? ¿Alguien lo notaría? Sólo había una manera de saberlo.

Lo que sigue a continuación es la historia de un pequeño experimento. La cuestión de fondo coincide con una preocupación bastante extendida y en la que la clave depende de un solo artículo: ¿viene la IA a quitarnos trabajo o a quitarnos ‘el’ trabajo? ¡Veamos!

El artículo científico elegido es obra de investigadoras del programa de Medio ambiente y salud a lo largo de la vida de ISGlobal. Ha sido aceptado en una revista científica relevante y todavía no tiene fecha de publicación, lo que deja margen por si el experimento falla y hay que recurrir al método artesanal. Echando un vistazo rápido al resumen, no parece una nota “de las fáciles”. Veamos qué le parece a ChatGTP.

Usaremos la versión gratuita de ChatGTP, la 3.5, que acumula conocimientos hasta septiembre de 2021. En cualquier caso, puesto que el artículo todavía no está publicado, no hay más remedio que pegarle el texto.

 

 

Así que le doy el abstract e inmediatamente él (o ello) me devuelve una bofetada. De realidad. Da igual que su nota de prensa tenga algunas imprecisiones, da igual que falten los detalles que están en el texto completo del artículo. ¡Esta es sólo la versión 3.5 de ChatGPT! ¡Y ya lo tiene! Ha sabido encontrar el ángulo noticioso y producir una nota de prensa para público general, que era exactamente lo que le había pedido, además de un titular correcto. Todavía tendrán que pulir numerosos detalles, pero salta a la vista que eso es solo cuestión de tiempo. La IA no es una herramienta de futuro. Ya está aquí. Y lo que viene a partir de este punto es lo que en baloncesto llaman los “minutos de la basura”: esos instantes del partido que tienen que jugarse obligatoriamente por más que el ganador esté ya decidido. Aun así, veamos los matices, que los hay y muchos.

 

Para conseguir que ChatGPT produzca la nota de prensa deseada

El primer matiz es que, al menos en su versión 3.5, ChatGPT es impaciente. Le he advertido que primero le pegaría el abstract y después el resto del texto y, por su respuesta, parecía haberlo entendido. Sin embargo, en cuanto ha recibido el primer bloque de texto se ha lanzado a producir la nota de prensa, sin esperar al resto.

 

 

 

De manera que intento reconducirlo diciéndole que le voy a dar más información.

 

 

Segunda sorpresa: existe un límite de caracteres y solo alcanzo a pegar la introducción y la metodología. ChatGPT no es consciente de ello y se lanza a crear una nueva nota de prensa. Esta vez se pasa al castellano. Pese a que le he estado dando las instrucciones en castellano, la primera nota de prensa la ha producido en inglés, ya que el texto del artículo está en esa lengua.

Por aquí es por donde van a venir las dificultades: por más que le pida que espere a tener el texto completo, mi amigo Chat no puede esperar a demostrar sus habilidades. Hasta en un par de ocasiones se olvida de lo que estábamos haciendo y le tengo que recordar que no quiero un resumen del texto, sino una nota de prensa. Si olvido especificar el idioma en el que quiero el comunicado, alterna español e inglés según la ocasión.

 

 

 

Así es como acabo con hasta seis versiones de la nota de prensa distintas. Pese a que le he pedido que incluyese un párrafo sobre la metodología del estudio, su propuesta deja mucho que desear, de manera que uso uno de los resúmenes que me había facilitado para entender la metodología y redactar un párrafo que me guste más.

 

 

Perfecto. Ahora ¿con cuál de las seis versiones me quedo? En cada una de ellas hay un párrafo mejor escrito que en las demás, de manera que no se me ocurre otra cosa que hacer un collage de notas de ChatGPT. Como tampoco quiero invertir más tiempo del que me hubiese llevado escribir la nota con el método artesanal, intento hacer esta tarea lo más rápido posible, fiel a la condición autoimpuesta de producir el texto sin haber leído el artículo original. Una vez completo el corta y pega, lo envío a Parisa Montazeri y Martine Vrijheid, primera y última autoras del estudio, respectivamente, pidiéndoles que lo revisen concienzudamente, pero sin darles detalles sobre mi colega Chat.

 

La revisión de las investigadoras

El documento regresa de su viaje con un buen número de modificaciones en control de cambios. Aun así, no hay ningún error significativo, ya que las ediciones de las autoras van destinadas sobre todo a añadir precisión y a pulir algunos detalles, nada que no ocurra igualmente cuando escribimos las notas de prensa por el método tradicional. Curiosamente, uno de sus comentarios se refiere a una frase redundante, un error que no es atribuible a ChatGPT sino a la intervención humana haciendo corta y pega de las distintas versiones de la nota. Refino el texto y les mando una versión pulida, junto con un pequeño cuestionario.

  • En general, ¿qué opinas de la calidad de esta nota de prensa?
  • ¿El contenido factual era correcto?
  • ¿Estaba bien redactado?
  • ¿Cumple con los estándares profesionales que cabría esperar de una institución de investigación como la nuestra?
  • ¿Has encontrado algo inusual en esta nota de prensa?

En sus correos de respuesta, ambas investigadoras reconocen que ninguna de las dos había notado nada fuera de lo normal hasta que recibieron el cuestionario, que la calidad del texto era “buena” o “muy buena” y que los datos y la redacción eran correctos. También afirman que el comunicado cumplía los estándares profesionales, aunque ambas refieren que tuvieron que “corregir detalles”. Parisa Montazeri, además, refleja que intervino para destacar una de las novedades metodológicas de la investigación (algo que ChatGPT sí había hecho en al menos una de sus seis notas de prensa). O lo que es lo mismo: prueba superada y con nota.

 

Consideraciones éticas sobre el uso de IA en departamentos de comunicación

Este ejercicio deja muchas dudas en el aire. Entre ellas:

  • ¿Es ético usar ChatGPT sin explicitarlo en el texto? ¿Aun cuando se trata de un tipo de textos que los humanos producimos de manera anónima, sin firma?
  • ¿Podemos permitirnos el lujo de usar estas herramientas sabiendo de su enorme contribución a las emisiones de CO2?
  • ¿Qué hace ChatGPT con la información que le volcamos? ¿Es posible que se filtre? ¿Estamos rompiendo un embargo si proporcionamos el texto de un artículo no publicado a una inteligencia artificial?
  • Si dejamos las tareas de redacción a la inteligencia artificial, ¿qué ocurrirá con la nuestra, la “natural”? Si poco a poco vamos externalizando las tareas que antes ejercitaba nuestro cerebro, ¿perderemos estas habilidades? ¿Perderemos agilidad y destreza en nuestra escritura y, por lo tanto, criterio periodístico para corregir a ChatGPT? ¿Perderemos creatividad para innovar? ¿Hasta qué punto ChatGPT es capaz de proponer algo nuevo que no responda a la lógica de todo lo anterior en lo que se basa?

 

Reflexiones en voz alta (que no conclusiones)

Buena parte de las dificultades en el experimento han venido dadas por la limitación de caracteres de ChatGPT (que también existe en la versión 4). No parece que vaya a ser una barrera insalvable.

A pesar del inconveniente que supone acabar con seis versiones de la nota de prensa, el tiempo total invertido en el proceso de producción de la nota fue muy inferior al que habría empleado en caso de seguir el proceso habitual.

Hay quien compara la inteligencia artificial con la imprentala electricidad o incluso la bomba atómica. A esas analogías habría que añadir la de la mecanización de la producción que dio lugar a la revolución industrial. Las personas que nos dedicamos a la comunicación ya podemos ir pensando en otras formas de generar valor añadido, puesto que a día de hoy ya es posible automatizar buena parte de las tareas que llevamos a cabo.

Hoy —y no sé por cuánto tiempo más— creo que cualquier profesional de comunicación bien formado puede producir una nota de prensa con mayor calidad que ChatGPT (pero también hubo un tiempo en que los grandes campeones de ajedrez derrotaban a las máquinas).

More research is needed, faltaría más. De hecho, algunos otros experimentos que hemos hecho con posterioridad a este no han tenido tan buenos resultados. Pero esa ya es una historia para otro día.

 

¿Y qué pasó con la nota de prensa?

La nota, tras todas las revisiones y correcciones pertinentes, se envió a algunos medios de comunicación y se publicó en nuestra web (si alguien tiene curiosidad por leerla, está aquí). La información fue recogida por un buen número de medios, tanto españoles como internacionales, entre ellos la CNN. Si alguien se ha dado cuenta de que el texto de base fue producido por ChatGPT, no nos lo ha hecho saber. 

 

¿Volveremos a hacerlo?

Como parte de nuestro trabajo, debemos seguir formándonos sobre los avances de IA y las herramientas disponibles. Aun así, no tenemos intención de delegar la comunicación de los resultados científicos en ella. Para eso contamos con un magnífico equipo de comunicación que, no solo posee una gran inteligencia, sino que además destaca por su gran humanidad.