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Cómo el diseño urbano determina la salud y la vida sostenible

16.9.2024
Vauban, Freiburg   Matthew Wyneken
Foto: Matthew Wyneken (Flickr) - Distrito de Vauban, en Friburgo.

Para fomentar ciudades más sanas y sostenibles, la planificación urbana ha de integrar consideraciones de salud, sostenibilidad ambiental y equidad social.

 

A medida que el mundo se urbaniza, la dinámica de la vida urbana va cambiando rápidamente. En la actualidad, casi el 60% de la población mundial reside en zonas urbanas, y para 2050 se espera que 2.700 millones de personas más vivan en ciudades. Aunque los entornos urbanos ofrecen numerosas ventajas -como oportunidades económicas, interacción social y actividades culturales-, también son focos de estrés ambiental, como la contaminación atmosférica, el ruido, los espacios verdes limitados y el calor. Además, las ciudades contribuyen al 75% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero relacionadas con la energía, lo que agrava las disparidades sanitarias y las desigualdades medioambientales.

Entender cómo se interconectan la forma urbana, los sistemas de transporte, la calidad ambiental y la salud pública es crucial, sobre todo de cara al cambio climático. Por desgracia, no se comprenden del todo las complejas vías por las que la vida urbana influye en los resultados sanitarios. La complejidad se refleja en la investigación: un número limitado de estudios a gran escala exploran las diferentes relaciones (por ejemplo, forma urbana y contaminación atmosférica, forma urbana y espacios verdes), lo que limita las pruebas generalizables y, a su vez, el desarrollo de políticas e intervenciones eficaces.

La forma urbana, el transporte, la calidad del medio ambiente y la salud están profundamente interconectados, pero estas relaciones a menudo se pasan por alto en la planificación urbana debido a enfoques aislados

Por ello, un grupo de investigadores hemos querido sintetizar la evidencia científica de estudios urbanos relevantes que han analizado 90 ciudades o más, para comprender mejor cómo el diseño urbano influye en la salud y la vida sostenible. Dado que la trayectoria climática actual sugiere que podrían no alcanzarse los objetivos del Acuerdo de París sobre el clima, es más importante que nunca comprender estas relaciones y orientar las futuras políticas urbanas y de transporte.

El papel del diseño urbano en la salud

El diseño urbano influye notablemente en la salud pública. Diferentes modelos urbanos, como el modelo de ciudad compacta, caracterizado por una alta densidad de población e infraestructuras, y el modelo de ciudad abierta, caracterizado por un desarrollo de baja densidad y mayores distancias desde el centro de la ciudad, tienen repercusiones diversas en la salud y el bienestar.

Las ciudades compactas, por lo general, consiguen resultados positivos en materia de salud, incluidas tasas más bajas de enfermedades crónicas y mortalidad prematura, seguramente porque disponen de mayores redes de transporte público y activo, ofrecen más posibilidades de caminar y en ellas se da mayor cohesión social. Sin embargo, los beneficios no son universales. Por ejemplo, las ciudades muy abiertas, con un alto grado de expansión, a veces pueden reducir los efectos de isla de calor urbana, un fenómeno por el que las zonas urbanas experimentan temperaturas más altas que sus alrededores rurales debido a las actividades humanas y a la densa infraestructura.

La planificación urbana y del transporte debe trascender los límites tradicionales e integrar consideraciones de salud, sostenibilidad ambiental y equidad social

Estos resultados divergentes ponen de manifiesto que, aunque las ciudades compactas pueden fomentar la actividad física y reducir la dependencia de los vehículos, deben optimizarse en función de los contextos locales específicos para abordar posibles inconvenientes, como la congestión y la contaminación.

Los inconvenientes de un urbanismo centrado en el automóvil

Las ciudades diseñadas en torno al uso del automóvil presentan considerables inconvenientes medioambientales y sanitarios. Una mayor densidad y compacidad pueden provocar un aumento de las emisiones contaminantes, una reducción de los espacios verdes y una exacerbación de los efectos isla de calor urbana, todo lo cual contribuye a elevar los índices de enfermedades y mortalidad relacionadas con la contaminación. Los estudios han demostrado que, en Europa, las capitales de Europa occidental y meridional tienen las mayores cargas de mortalidad por dióxido de nitrógeno (NO2), mientras que un estudio mundial reveló que el 86% de los habitantes urbanos estudiados (entre 2.000 y 5.000 millones de habitantes) vivían en zonas urbanas que superaban en 2019 la media anual de referencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para 2005. La eliminación de las emisiones del tráfico podría mejorar significativamente la calidad del aire en las ciudades de todo el mundo, lo que subraya la necesidad de adoptar medidas contundentes para cumplir las normas de calidad del aire y reducir los riesgos para la salud.

Soluciones basadas en la naturaleza

Para hacer frente a los retos medioambientales que plantea la urbanización, las ciudades deben adoptar soluciones basadas en la naturaleza. Estas estrategias, que incluyen el aumento de las zonas verdes y la mejora de la biodiversidad, pueden mitigar los efectos negativos de las formas urbanas compactas, como la reducción de las zonas verdes y el aumento de los efectos isla de calor rubana. Por ejemplo, aumentar las zonas verdes hasta los niveles recomendados en Europa podría evitar cerca de 42.698 muertes anuales. Del mismo modo, las soluciones basadas en la naturaleza pueden reducir las temperaturas urbanas, disminuyendo así la mortalidad relacionada con el calor y mejorando la salud pública en general.

Hacer frente a las desigualdades sanitarias urbanas

Los resultados sanitarios en los entornos urbanos no se distribuyen uniformemente entre las poblaciones. Los factores socioeconómicos influyen de manera significativa en el grado en que las personas están expuestas a riesgos medioambientales y se benefician de los servicios urbanos. A pesar de ello, no se sabe muy bien cómo se relacionan los determinantes sociales con la calidad del medio ambiente, el transporte y los resultados sanitarios. Se necesita más investigación a nivel local para descubrir las disparidades en la exposición y la vulnerabilidad, y para garantizar que las políticas urbanas protejan eficazmente a las poblaciones más vulnerables.

Para avanzar: integración de la salud y la sostenibilidad en la planificación urbana

La forma urbana, el transporte, la calidad del medio ambiente y la salud están profundamente interconectados, pero estas relaciones a menudo se pasan por alto en la planificación urbana debido a enfoques aislados. Para fomentar ciudades más sanas y sostenibles, es esencial un planteamiento multisectorial basado en evidencia científica. La planificación urbana y del transporte debe trascender los límites tradicionales e integrar consideraciones de salud, sostenibilidad ambiental y equidad social.

Al equilibrar las ventajas y desventajas de los distintos modelos urbanos y dar prioridad a la equidad, las políticas urbanas pueden maximizar sus efectos positivos y garantizar que las ciudades sean centros de vida saludable y sostenible

Al equilibrar las ventajas y desventajas de los distintos modelos urbanos y dar prioridad a la equidad, las políticas urbanas pueden maximizar sus efectos positivos y garantizar que las ciudades sean centros de vida saludable y sostenible.

A medida que la urbanización sigue transformando nuestro mundo, es imperativo adoptar planteamientos holísticos e integradores de la planificación urbana. De este modo, las ciudades no solo se convertirán en centros de crecimiento económico e intercambio cultural, sino también en motores de la salud pública y sostenibilidad medioambiental.

 

[Esta entrada se ha escrito a partir de una revisión: Dyer GMC, Khomenko S, Adlakha D, Anenberg S, Behnisch M, Boeing G, et al. Exploring the nexus of urban form, transport, environment and health in large-scale urban studies: a state-of-the-art scoping review. Environ Res. 2024;257.

El proyecto ha sido financiado por la Unión Europea en virtud del acuerdo de subvención nº 101094639. Para más información sobre UBDPolicy: https://ubdpolicy.eu/]