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¿Influyen la meteorología, el clima y las condiciones ambientales en la propagación del nuevo coronavirus?

07.10.2020
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Foto: NickyPe / Pixabay

Las condiciones climáticas, meteorológicas y ambientales no son las principales causas de la primera ola de la pandemia de la COVID-19. Sin embargo, sigue habiendo dudas sobre si factores como la temperatura, la humedad, la calidad del aire y la luz ultravioleta pueden influir en la propagación del virus del SARS-CoV-2 y la enfermedad (COVID-19) que causa.

Muchas infecciones respiratorias virales, como la gripe, tienen picos de prevalencia estacional y otras sensibilidades ambientales o meteorológicas. Por lo tanto, la transmisión del SARS-CoV-2 o la gravedad de la COVID-19 también podría repetir estos patrones y las condiciones ambientales podrían influir en dónde y cuándo ocurrirá la reaparición de la enfermedad y qué tan grave puede ser.

La Organización Meteorológica Mundial (OMM), junto con diversas instituciones científicas internacionales, organizó recientemente un simposio virtual internacional para examinar la relación entre los factores meteorológicos, climáticos y ambientales y la propagación de la COVID-19. Al simposio, del que formé parte del Comité Científico, asistieron más de 400 investigadores, de 50 países y de una amplia gama de disciplinas para discutir lo que se conoce, se entiende y se puede predecir de manera fiable sobre la influencia de estos factores ambientales sobre la trayectoria de la epidemia de COVID-19.

La Organización Meteorológica Mundial (OMM), junto con diversas instituciones científicas internacionales, organizó recientemente un simposio virtual internacional para examinar la relación entre los factores meteorológicos, climáticos y ambientales y la propagación de la COVID-19

A partir de todo lo discutido en el simposio, desde el Comité Científico realizamos una declaración final sobre los resultados y el futuro de la investigación sobre este aspecto en la pandemia de COVID-19, que resumo a continuación:

  1. Las publicaciones científicas actuales revisadas por pares sobre el SARS-CoV-2 y la COVID-19 no muestran una relación sólida y consistente con la temperatura, la humedad, el viento, la radiación solar ni otros factores meteorológicos y ambientales. Existe alguna evidencia que sugiere que las condiciones ambientales interiores reguladas (por ejemplo, con el uso del aire acondicionado), junto con factores de comportamiento, modula indirectamente la propagación localizada del virus. Se necesita más investigación sobre qué variables climáticas son más críticas para comprender la probabilidad de su influencia y para reducir el riesgo de enfermedades.
  2. La evidencia indica que la exposición de la población a la contaminación atmosférica aumenta la gravedad de los síntomas de la COVID-19. Todavía se está estudiando el papel de la calidad del aire en las tasas de transmisión.
  3. La estacionalidad de la COVID-19 aún no se ha establecido, ya que las señales estacionales son difíciles de distinguir en esta fase temprana de la pandemia. La experiencia de otros virus respiratorios sugiere que una señal estacional podría surgir más tarde cuando la enfermedad se vuelva endémica.
  4. La COVID-19 ejemplifica la importancia de reconocer las interacciones entre las personas y el medio ambiente, así como la prevención de enfermedades . El SARS-COV-2 resultó de un evento de desbordamiento zoonótico, por el que el patógeno se transfirió de la vida silvestre a los humanos. Las interacciones humanas con la vida silvestre aumentan el riesgo de enfermedades de origen animal, como resultado de la incursión humana en las tierras silvestres y el desplazamiento de la vida silvestre a entornos urbanos debido a la destrucción del hábitat.
  5. Los aprendizajes de otras enfermedades sensibles al clima se deben tener en cuenta. Es necesaria una fuerte colaboración transdisciplinaria que incluya el monitoreo del riesgo de enfermedades y la recopilación de datos para evaluar la influencia de los factores ambientales.
  6. Es fundamental comprender las necesidades de información de las personas políticas y técnicas que toman las decisiones. De esta manera, las y los investigadores seleccionan las aplicaciones más apropiadas de datos, modelos y pronósticos climáticos para informar en la toma de decisiones.
  7. Los pronósticos experimentales actuales de COVID-19 deben interpretarse con extrema precaución ya que aún no ha sido posible confirmar el poder predictivo de las variables climáticas y metereológicas para la transmisión del SARS-COV-2 de manera sólida.

Perspectivas de futuro

Los esfuerzos de investigación global deben continuar explorando las interacciones de la COVID-19 y los factores climáticos, meteorológicos y ambientales.

Los esfuerzos de investigación global deben continuar explorando las interacciones de la COVID-19 y los factores climáticos, meteorológicos y ambientales

Para mejorar los resultados de la investigación, hay que fomentar la integración de distintas disciplinas y promover una cultura de intercambio de datos abiertos y colaboración científica.

El papel de los factores climáticos y meteorológicos se podría aclarar en las últimas fases de la pandemia o cuando la COVID-19 se vuelva endémica. Esto permitiría desarrollar sistemas de predicción más fiables. Si en el futuro, la estacionalidad y otras influencias se determinan de manera sólida y consistente, entonces el monitoreo y la predicción de riesgos informados por factores climáticos podrían ser particularmente importantes en las respuestas de salud pública. Esto incluye identificar el momento y la ubicación de las estrategias de vacunación, en particular para las vacunas parcialmente efectivas o de efecto corto, y en el contexto de escenarios de riesgos múltiples que involucran otras enfermedades.