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¿Ha fracasado la gobernanza sanitaria mundial? Retos y oportunidades

02.5.2023
WHO
Foto: WHO / Pierre Albouy - 75ª Asamblea Mundial de la Salud, Ginebra (Suiza), 22-28 de mayo de 2022.

La pandemia de COVID-19, el cáncer y el VIH son grandes amenazas mundiales. ¿Cómo afrontar a escala mundial estos múltiples retos de salud pública, enfermedades y virus que no conocen fronteras?

 

[Sophie Kittmann está cursando el Máster de Salud Global en ISGlobal. Tiene formación en comunicación y ha trabajado en comunicación sanitaria en el pasado. Su objetivo es tender puentes entre la salud y la comunicación.]

 

En la actualidad no existe un único gobierno sanitario. En su lugar, la gobernanza mundial consiste en una compleja red de actores, como organizaciones internacionales y regionales y Estados, que colaboran para hacer frente a crisis y retos de salud pública a escala mundial. La Organización Mundial de la Salud (OMS) se considera el principal actor de la gobernanza sanitaria mundial. A pesar de su importancia, la eficacia de la gobernanza sanitaria mundial es objeto de debate permanente y plantea numerosos retos.

Uno de los puntos fuertes es la existencia de acuerdos internacionales jurídicamente vinculantes, como el Reglamento Sanitario Internacional (RSI) de 2005, que proporciona un marco para que los países trabajen juntos para prevenir, detectar y responder a las emergencias de salud pública. Otros puntos fuertes son la existencia de la OMS como principal organismo de salud mundial, varias asociaciones e iniciativas de salud mundial (por ejemplo, GAVI, que suministra vacunas a los países más pobres del mundo) y agentes no estatales como organizaciones filantrópicas que ayudan a cubrir lagunas de financiación, capacidad y experiencia.

Numerosas deficiencias en las estructuras y mecanismos actuales de la OMS

Sin embargo, las estructuras y mecanismos actuales de la OMS presentan muchas deficiencias. Uno de los principales puntos débiles es la falta de recursos y financiación suficientes para que la OMS alcance eficazmente sus objetivos. La "brecha jurisdiccional" puede considerarse otro punto débil. A medida que crece la necesidad de una gobernanza sanitaria mundial, no existe una autoridad con poder para actuar, lo que plantea la pregunta: "¿Quién tiene autoridad para tomar decisiones?". Organizaciones internacionales como la Organización Mundial del Comercio o el Banco Mundial tienen un papel limitado en la gobernanza sanitaria mundial. Además, los organismos gubernamentales se caracterizan por una escasa cooperación y una capacidad limitada. La equidad y el acceso universal a la atención sanitaria siguen siendo un problema, ya que no todas las personas tienen acceso a servicios sanitarios básicos o suministros médicos, siendo las más vulnerables las que viven en los países de renta baja.

En mi opinión, la OMS no está preparada para hacer frente a las crisis y los retos de la salud pública. Esto fue especialmente evidente durante la pandemia de COVID-19

En mi opinión, la OMS no está preparada para hacer frente a las crisis y los retos de la salud pública. Esto fue especialmente evidente durante la pandemia de COVID-19. La prevención y preparación ante una pandemia carecían de una estructura de gobierno adecuada. Como consecuencia, las vacunas se distribuyeron de forma desigual e ineficaz en todo el mundo, lo que afectó especialmente a los países de renta baja y media. También hubo escasez de mascarillas o alimentos en algunos países, a pesar de las advertencias de la OMS, que no fueron seguidas de una acción colectiva. La respuesta a este brote fue lenta y fragmentada, en lugar de basarse en la colaboración y coordinación entre las partes interesadas.

Reformar, replantear y reconstruir la gobernanza sanitaria mundial

Es importante reformar, replantear y reconstruir las estructuras y mecanismos de gobernanza sanitaria mundial. Para ello será necesario aumentar la financiación y asegurar los recursos (por ejemplo, para cubrir lagunas). Otra reforma podría ser la creación de una colaboración de inteligencia de código abierto para la vigilancia de la salud mundial que prediga los riesgos sanitarios e identifique las señales de alerta temprana para responder con rapidez a las crisis y los desafíos. El fortalecimiento de las instituciones sanitarias regionales es otro aspecto importante para mejorar la resiliencia sanitaria mundial, ya que estas organizaciones pueden actuar con mayor rapidez y están más familiarizadas con las realidades políticas locales. Además, mejorar la coordinación y la colaboración entre los diversos actores del sistema sanitario mundial es fundamental para una respuesta sanitaria mundial eficaz. También puede considerarse la posibilidad de adoptar un enfoque integral de la seguridad sanitaria mundial, en el que participen los líderes políticos y los parlamentos, con coordinación entre la OMS y otros organismos mundiales, y que garantice que todos los departamentos pertinentes participen y se comprometan a abordar los problemas sanitarios mundiales.


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