Dejad en paz Consell de Cent, dejad en paz la salud

La demanda judicial contra la peatonalización de la calle Consell de Cent de Barcelona es inaceptable si se quiere mejorar la salud de la población.

La reciente demanda judicial presentada por Barcelona Oberta, un grupo que incluye a grandes comerciantes, resuelta con la decisión judicial contra los cambios en Consell de Cent como parte del programa Superilla/Ejes Verdes, ha estado mal concebida, resulta vergonzosa y no es en absoluto lo que necesitamos. ¿Por qué intentar detener y revertir cambios urbanísticos que benefician al clima, el medio ambiente, la habitabilidad y la salud y el bienestar?

Daniel Bartolomé / Ayuntamiento de Barcelona

La actual situación urbanística y de planificación del transporte en Barcelona provoca cada año cerca de 3.000 muertes prematuras y muchos más casos de enfermedad debido a los elevados niveles de contaminación atmosférica y acústica, la falta de zonas verdes y de actividad física y los efectos de isla de calor. Barcelona tiene una de las densidades de tráfico (por km²) más altas de Europa, mientras que solo uno de cada 4 desplazamientos se hace en coche. Una ciudad compacta como Barcelona no está hecha para el coche, sino para el transporte público y los desplazamientos a pie y en bicicleta.

Se trata de una situación inaceptable y, en lugar de llevar al ayuntamiento a los tribunales, Barcelona Oberta debería trabajar activamente para apoyar cualquier medida que reduzca la contaminación, fomente el transporte sostenible y reduzca las enfermedades y la mortalidad, y no atacarla por la vía judicial.

Daniel Bartolomé / Ayuntamiento de Barcelona

Urbanismo a favor de la salud

Recientes evaluaciones de impacto sobre la salud han demostrado que la aplicación del programa completo Superilla (Supermanzana) en Barcelona puede evitar casi 700 muertes prematuras al reducir la contaminación atmosférica, el ruido y los efectos de isla de calor, y al aumentar los espacios verdes y la actividad física. La aplicación del programa Ejes Verdes puede reducir hasta en un 14% los problemas de salud mental y el consumo de medicamentos relacionados con ellos, gracias al aumento de los espacios verdes, esenciales para una buena salud mental. Por último, el aumento de los espacios verdes puede reducir los efectos de la isla de calor urbana y disminuir en un tercio la mortalidad relacionada con ella.

Los cambios que se han realizado en las calles Consell de Cent, Rocafort, Comte de Borrell y Girona son solo el principio de las intervenciones urbanas, pero deberían extenderse urgentemente a muchas otras calles del Eixample, la zona más contaminada de Barcelona. De hecho, el objetivo final debería ser peatonalizar todo el Eixample y solo permitir la entrada a un número selecto de vehículos. Mientras tanto, la velocidad del tráfico debería limitarse a 30 km/h en todas las calles del Eixample, y debería prohibirse el tráfico de paso que no tenga como destino el hogar, el trabajo o los estudios en el Eixample.

Menos coches, más ventas

Siempre se teme que este tipo de medidas provoquen una pérdida de ventas en los comercios, pero los datos más recientes indican lo contrario, es decir, un aumento de las ventas. Además, la preocupación por el aumento del tráfico en las zonas circundantes puede no estar justificada, ya que el tráfico no es estático y una reducción del espacio vial para el tráfico conducirá a una reducción del tráfico global (evaporación del tráfico o lo contrario del tráfico inducido).

Daniel Bartolomé / Ayuntamiento de Barcelona

Ciudades centradas en las personas

Este verano he visitado varias ciudades holandesas que hace años empezaron a reducir el número de coches que entran en ellas. Sus calles estaban relajadas, vibrantes y llenas de gente, lo que sugiere que una ciudad no tiene por qué depender del coche. ¿Ha llegado el momento de que esto ocurra también en Barcelona o se ha de perjudicar más la salud de las personas?

Es urgente que abandonemos los anticuados modelos de ciudad del siglo XX centrados en el automóvil, que conducen a la muerte y la enfermedad, y pasemos a modelos de ciudad del siglo XXI centrados en las personas, que no solo tienen en cuenta la movilidad, sino también la sostenibilidad, la habitabilidad y la salud. Cuando se aplican, estas nuevas medidas hacen de la ciudad un gran lugar para vivir, combaten la crisis climática y fomentan la salud.