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COVID-19: el invierno ha llegado

28.9.2020
covid winter has come

[Este texto ha sido escrito por Carlos Chaccour, Assistant Research Professor en ISGlobal y director científico de BOHEMIA; y Julie Chaccour, inmunóloga y editora médica]

La pandemia de gripe de 1918 infectó a un tercio de la población mundial y causó 50 millones de muertes. Hubo tres olas distintas. La segunda ocurrió en otoño de 1918 y causó la mayor cantidad de muertes. Todavía estamos a tiempo de evitar que se repita el mismo patrón en la pandemia de COVID-19.

Tres olas de mortalidad durante la pandemia: mortalidad semanal combinada por gripe y neumonía, Reino Unido, 1918-1919. Las olas fueron básicamente las mismas en todo el mundo. Taubenberger JK, Morens DM. 1918 Influenza: the Mother of All Pandemics. Emerg Infect Dis. 2006;12(1):15-22., CC BY.

La historia nos ha enseñado que, en ausencia de una vacuna, la propagación epidémica de una enfermedad como la COVID-19 solo se detiene una vez que una proporción significativa de la población se ha recuperado y desarrollado la inmunidad.

Hasta que una vacuna eficaz esté ampliamente disponible, habrá fundamentalmente dos tipos de personas: las que se han recuperado (y, por lo tanto, tienen cierto grado de inmunidad1) y las que aún son susceptibles de contraer la enfermedad.

La pandemia de gripe de 1918 infectó a un tercio de la población mundial y causó 50 millones de muertes. Hubo tres olas distintas. La segunda ocurrió en otoño de 1918 y causó la mayor cantidad de muertes. Todavía estamos a tiempo de evitar que se repita el mismo patrón en la pandemia de COVID-19

Europa, y en particular España, retrasaron con éxito la propagación de la COVID-19 durante el verano de 2020 gracias a las medidas de confinamiento adoptadas en la primavera. La transmisión viral fue fuertemente suprimida pero, por definición, no pudo interrumpirse por completo dado que el virus está presente en todo el mundo.

Figura realizada por Joe Brew.

La tendencia actual muestra que una segunda ola importante se acerca inexorablemente. El patrón se repite en toda Europa: los brotes comienzan entre adultos jóvenes y luego la transmisión se extiende a otros grupos de edad. Son las personas mayores quienes tienen mayor riesgo de enfermedad grave y muerte. Es predominantemente el manejo de pacientes mayores y de aquellos con comorbilidades lo que abruma el sistema de salud, particularmente los cuidados intensivos, lo que impulsa aún más el exceso de muertes en aquellos que normalmente se beneficiarían de estas unidades especializadas.

Figura realizada por Joe Brew.

Figura realizada por Joe Brew.

A medida que se acerca el invierno, también lo harán la gripe estacional, el virus respiratorio sincitial, los rinovirus y otras infecciones del tracto respiratorio que ejercerán más presión sobre el sistema de salud. Todo apunta a una ola masiva de casos y muertes en los próximos meses. En gran medida, esto no se puede evitar.

Fuente: Heatmaps of COVID Cases in England.

Hay un lapso de 2-3 semanas entre los casos y los ingresos hospitalarios, así como entre los ingresos hospitalarios y en la UCI y, finalmente, entre los ingresos en la UCI y las muertes. Dada la tendencia actual de casos en todas las edades en España, pero especialmente entre los ancianos, se espera un aumento de las muertes en las próximas 4-6 semanas. Las acciones que se tomen hoy pueden mitigar esta ola venidera, pero no evitarla por completo. Las muertes se reducirán en paralelo con la transmisión, pero con un retraso de 6-8 semanas, como se observó después de las medidas de emergencia tomadas el 14 de marzo.

Hay varios escenarios diferentes sobre el futuro de la pandemia de COVID-19, y algunos de ellos son consistentes con las pandemias de la gripe pasadas. Fuente: COVID-19: The CIDRAP Viewpoint. Part 1: The Future of the COVID-19 Pandemic: Lessons from Pandemic Influenza. Figura 1. 30 de abril 2020.

Escenarios de estrategia de contención en Gran Bretaña que muestran los requisitos de camas de la UCI. Fuente: Report 9: Impact of non-pharmaceutical interventions (NPIs) to reduce COVID19 mortality and healthcare demand. Imperial College of London. Figura 3. doi.org/10.25561/77482.

Se espera que los retrasos en la acción tengan tres efectos:

  1. El pico de la ola podría ser mayor. 
  2. La duración de la ola podría ser más larga.
  3. Las medidas reactivas que se tomen posteriormente tendrán que ser más fuertes y duraderas.

Desde el punto de visto epidemiológico, las acciones a tomar son claras y, pese a que todas ellas son herramientas imperfectas implementadas de manera imperfecta, su eficacia ha sido demostrada siempre que se apliquen de manera consistente las siguientes medidas:

  1. Aumentar la capacidad hospitalaria y de cuidados intensivos.
  2. Realizar un gran número de pruebas que conduzcan al diagnóstico temprano, rastreo de contactos, aislamientos y cuarentenas.
  3. Reducir la transmisión con medidas no farmacológicas, incluidas distancia física y mascarillas.
  4. Planificar el uso óptimo de las herramientas emergentes, incluidos nuevos tests diagnósticos, medicamentos y vacunas.
  5. Esforzarse por la transparencia y la comunicación eficaz para facilitar el cumplimiento de las medidas.

Figura realizada por Joe Brew.

Aunque el invierno es inminente, aún podemos mitigar algunas de las consecuencias más duras de la próxima ola. Para ello, debemos entender el concepto de presupuesto social. Imagine que su salario se reduce repentinamente a la mitad y necesita presupuestar muy bien sus compras semanales. Sería una tontería gastarlo todo en chocolate y cerveza y más sabio cubrir primero sus necesidades nutricionales y utilizar cualquier excedente para snacks y alcohol. De la misma manera, nuestro presupuesto social ahora restringido debe cubrir primero los pilares de la sociedad a corto y largo plazo.

Algunas posibles optimizaciones de nuestro presupuesto social restringido incluyen:

  • Anticipar la ampliación de las divisiones sociales ya existentes, ya que son las personas pobres quienes más sufrirán las consecuencias sanitarias y económicas de la pandemia y crear medidas para abordarlas.
  • Dotar a los padres, pero especialmente a las madres (que realizan la mayoría de las tareas domésticas y de crianza, como muestran los estudios), las herramientas necesarias para soportar los contratiempos provocados por las dificultades para conciliar el trabajo desde casa con el cuidado de los niños.
  • Reconocer la importancia económica primordial de la educación, que impulsa la productividad actual al permitir que a los padres tiempo de concentración y preparar a la fuerza laboral del mañana.
  • Identificar estrategias que puedan proteger tanto la salud como el bienestar social de las personas mayores y otros grupos vulnerables que no se puede esperar que permanezcan protegidos por tiempo indefinido.
  • Comprender las consecuencias negativas para la salud de las medidas restrictivas y desarrollar estrategias para aliviarlas.
  • Evitar la desinformación y facilitar el cumplimiento del sacrificios impuestos a la población mediante el desarrollo de estrategias para que los científicos, los políticos y el resto de implicados en la creación de políticas se comuniquen de manera eficaz.
  • Brindar asistencia económica a las personas a quienes se recomiendo o se obliga a cuarentena para garantizar que puedan cumplir con las medidas de salud pública.

Sabemos más sobre las consecuencias letales de actuar demasiado tarde. Actuemos con rapidez, precisión y valentía para minimizar la muerte y el sufrimiento y proteger a los más vulnerables

Se acerca el invierno y es hora de pensar en nuestro presupuesto social. La segunda ola no tiene por qué ser como la primera. Sabemos más sobre este virus y sabemos más sobre las externalidades sociales y económicas de los confinamientos duros. También sabemos más sobre las consecuencias letales de actuar demasiado tarde. Actuemos con rapidez, precisión y valentía para minimizar la muerte y el sufrimiento y proteger a los más vulnerables.

 

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Siempre que haya inmunidad post-infección de larga duración y no haya cepas capaces de escapar a la inmunidad.