Contaminación atmosférica y salud infantil. Protejamos a nuestra futura generación con mejores directrices sobre la calidad del aire

Recogemos las principales evidencias científicas de los efectos de la exposición a la contaminación atmosférica en la salud infantil y adolescente.

[Este texto lo han escrito conjuntamente Mark Nieuwenhuijsen, Carolyn Daher, Inés Valls y Claudia García-Vaz, todos ellos de la Iniciativa sobre urbanismo, medio ambiente y salud de ISGlobal.]

¿En qué entorno están creciendo nuestros hijos? A menudo solo nos paramos a pensarlo cuando conocemos casos como el de Ella Roberta, la niña londinense que en 2013 murió de asma a causa de la contaminación atmosférica. Mientras tanto, millones de niños y niñas siguen sufriendo.

La contaminación del aire es una amenaza importante para la salud de los niños y niñas, con efectos tanto a corto como a largo plazo

Nuestra población más joven y vulnerable, que es nuestro futuro, no dispone de los entornos que merece y que necesita para crecer bien. La mayoría de los niños y niñas viven en ciudades que son focos de contaminación atmosférica. Y, además, pasan hasta una cuarta parte del día en escuelas que suelen ser «puntos calientes» urbanos de exposición medioambiental, en zonas densas y muy contaminadas.

Contaminación atmosférica durante el embarazo

Los efectos de la contaminación atmosférica se observan ya en la etapa prenatal. Las madres expuestas al aire contaminado dan a luz a bebés que pesan menos. Y nacer con peso bajo aumenta el riesgo de padecer otros problemas de salud a largo plazo.

Contaminación atmosférica y salud respiratoria

Respirar aire contaminado afecta a los sistemas respiratorios. Se sabe que la exposición prolongada a la contaminación atmosférica puede provocar infecciones de las vías respiratorias inferiores, exacerbaciones del asma, visitas a urgencias relacionadas con el asma y hospitalizaciones. Las concentraciones elevadas de NO₂ y otros contaminantes atmosféricos en la escuela y el hogar, así como en sus alrededores, pueden provocar la obstrucción del flujo de aire y el deterioro de la función y el desarrollo pulmonares en los niños y niñas, especialmente entre quienes tienen asma.

Un 33% aproximado de los casos de asma infantil en Europa pueden atribuirse a la contaminación atmosférica. Si se cumplieran los niveles mínimos de algunos contaminantes atmosféricos (por ejemplo, PM_2,5, NO₂ y BC), Europa podría evitar más de 200.000 nuevos casos de asma infantil al año

Además, es probable que estas alteraciones pulmonares que causa la exposición a la contaminación atmosférica en la infancia persistan en la edad adulta. Haber tenido asma en la infancia y otros problemas respiratorios son los principales factores de riesgo que pueden llevar a desarrollar EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) en la edad adulta. De ahí que sea crucial promover estrategias para reducir la exposición a la contaminación atmosférica en la infancia.

Los efectos negativos de la contaminación atmosférica sobre la salud no se limitan al sistema respiratorio, e incluyen el sistema cardiovascular, el peso y la función y el desarrollo del cerebro, lo que significa que la contaminación atmosférica puede afectar a la capacidad de aprendizaje de los niños y niñas

Por último, aproximadamente el 33% de los casos de asma infantil en Europa pueden atribuirse a la contaminación atmosférica. Si se cumplieran los niveles mínimos de algunos contaminantes atmosféricos (por ejemplo, PM_2,5, NO₂ y BC), Europa podría evitar más de 200.000 nuevos casos de asma infantil al año.

Contaminación atmosférica, salud cognitiva y rendimiento académico

La exposición aguda y prolongada de los niños a la contaminación atmosférica procedente del tráfico rodado puede afectar a su desarrollo mental y cognitivo, lo que puede manifestarse en dificultades de aprendizaje, y un mayor riesgo y prevalencia del Trastorno del Espectro Autista (TEA) y del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).

Las altas concentraciones de contaminantes del aire en las escuelas y sus alrededores pueden afectar negativamente en el rendimiento académico, perjudicar la capacidad de resolver problemas y reducir el coeficiente intelectual, además de aumentar la hiperactividad y los problemas de atención en niños y adolescentes. Los contaminantes atmosféricos también se asocian a cambios en la morfología estructural del cerebro, la conectividad estructural y la conectividad funcional, que pueden tener efectos duraderos.

Una mayor contaminación atmosférica puede provocar desigualdades en los primeros años de vida y una desventaja competitiva, porque afecta al aprendizaje y al rendimiento

La contaminación atmosférica también puede afectar a su memoria y aumentar el riesgo de que desarrollen otras dificultades de aprendizaje. Un estudio realizado en escuelas de primaria de Barcelona encontró que el alumnado de las escuelas donde había mucha contaminación mostraba un menor crecimiento anual en su desarrollo cognitivo (7,4 %) en comparación con los de escuelas con menos contaminación (11,5 %).

La salud mental de los y las adolescentes también se ve afectada, ya que los estudios demuestran que la exposición a la contaminación atmosférica está asociada a síntomas de depresión, ansiedad, trastornos psicóticos y una peor salud mental general.

Contaminación atmosférica y salud cardiovascular

Por último, la exposición a la contaminación atmosférica relacionada con el transporte puede provocar un aumento de la tensión arterial y la hipertensión, así como un mayor riesgo de aumento rápido de peso y obesidad infantil. La obesidad infantil es uno de los principales desafíos sanitarios en la infancia y la adolescencia en Europa y sus repercusiones en la salud llegan hasta la edad adulta.

Hay que actuar, es posible mejorar

Tenemos a nuestro alcance conseguir un aire de mejor calidad. Necesitamos urgentemente crear un entorno más seguro y saludable para nuestros menores en las ciudades y fuera de ellas. Los altos niveles de contaminación atmosférica requieren medidas, especialmente en torno a las escuelas. De ahí que sea fundamental adoptar nuevas directivas de la Unión Europea (UE) sobre la calidad del aire que estén en línea con las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la calidad del aire para la salud de nuestros menores y las futuras generaciones.

Es necesario tomar medidas urgentes para reducir los actuales niveles de contaminación del aire ambiente. Las nuevas Directivas sobre calidad del aire ambiente propuestas por la UE son una oportunidad crucial para la salud infantil

Una mejora significativa está a nuestro alcance mediante una combinación de políticas e intervenciones. En toda Europa hay muchos grupos que trabajan para mejorar el entorno de los niños. La Campaña de Clean Cities (Ciudades Limpias) organiza actos de promoción a través de sus iniciativas Streets for Kids (Calles para los niños) y Schools Streets (Calles escolares). ISGlobal ha apoyado varias iniciativas, como la página web Entornos Escolares, que contiene directrices y recursos. Trabajando en diferentes sectores para hacer frente a la contaminación atmosférica podemos marcar una diferencia significativa en la infancia que tendrá muchos beneficios duraderos.

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