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Cobertura Sanitaria Universal y Salud Materna y Neonatal

11.8.2015

A medida que se acerca el final de la “cuenta atrás” hacia diciembre de 2015, se reaviva el debate sobre la eficacia con la que los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) han contribuido a dar forma a la agenda común y a las estrategias para mejorar la salud, reducir la pobreza y promover el desarrollo.

Podría aducirse que los ODM no han logrado reconocer el papel fundamental de los sistemas sanitarios existentes y la necesidad de fortalecerlosEstá ampliamente aceptado que tanto el ODM 4 como el ODM 5 han contribuido de forma extraordinaria al establecimiento de un programa claro para la salud materna, reproductiva e infantil. No obstante, podría aducirse que los ODM no han logrado reconocer el papel fundamental de los sistemas sanitarios existentes y la necesidad de fortalecerlos, así como el acceso a la atención sanitaria; al contrario, han sido propensos a atribuir más importancia a los resultados medibles en el ámbito de la salud, relacionados con programas verticales.

Los ODM tenían un objetivo claro: mejorar la situación en los países más pobres del mundo y reducir las inaceptables disparidades globales en el ámbito de la salud. En términos absolutos, se ha conseguido sin lugar a dudas “reducir la brecha” entre países, y se ha alcanzado un progreso significativo en todos los ODM excepto en los objetivos 4 y 5. No obstante, la disminución relativa de la mortalidad de niños menores de cinco años ha sido mayor en los países que ya presentaban los menores índices de mortalidad en dicho rango de edad. Asimismo, la reducción de la mortalidad materna alcanzó un 44% de media en el 25% de los países con las mayores tasas de mortalidad materna, en comparación con el 39% obtenido en el 25% de los países donde dichas tasas de mortalidad eran inferiores. Así pues, siguen existiendo brechas considerables entre países situados en ambos extremos del arco, así como brechas en el interior del mismo país (diferencias entre zonas urbanas y zonas rurales, diferencias entre ricos y pobres). Los datos nacionales referidos indican valores medios, por lo que esconden las disparidades existentes en el seno de muchos países; así pues, representan una oportunidad perdida de concentrarse en la mejora de la salud para las subpoblaciones más desfavorecidas.

Se ha conseguido sin lugar a dudas “reducir la brecha” entre países, y se ha alcanzado un progreso significativo en todos los ODM excepto en los objetivos 4 y 5Como resultado de las circunstancias mencionadas, ha aparecido un nuevo debate alrededor del concepto de Cobertura Sanitaria Universal (CSU), una apuesta decidida de la agenda Post-2015. Los estados miembros de la ONU solicitaron al Secretario General de la Organización que sintetizara todas las contribuciones al debate en torno a los objetivos para después de los ODM en un documento escrito (The road to dignity by 2030) en el año 2014. 

Se propuso un objetivo de desarrollo sostenible (ODS) relacionado con la salud, el ODS 3: Lograr una vida sana para todos, a cualquier edad. El propósito 3.6 es alcanzar la Cobertura Sanitaria Universal.

Aunque la nueva agenda parece centrarse en reforzar los sistemas de atención sanitaria para que se responsabilicen por completo de garantizar la salud a todas las personas, se desvincula de la especificidad necesaria para impulsar la salud reproductiva/materna y neonatalCuriosamente, la CSU no es un concepto nuevo; ya se debatió en la Asamblea Mundial de la Salud en 2005, donde se definió como “el acceso a intervenciones fundamentales en el ámbito de la promoción de la salud, la prevención, la curación y la rehabilitación, que lleguen a todas las personas a un coste asequible, con lo que se alcance la equidad en el acceso”. Otras definiciones hacen hincapié en el acceso a los servicios necesarios en los ámbitos preventivo y curativo sin sufrir el riesgo de penurias económicas provocadas por el desembolso de pagos prohibitivos.

Aunque la nueva agenda parece centrarse en reforzar los sistemas de atención sanitaria para que se responsabilicen por completo de garantizar la salud a todas las personas, se desvincula de la especificidad necesaria para impulsar la salud reproductiva/materna y neonatal. No obstante, la CSU representa una oportunidad para garantizar el desarrollo de objetivos específicos relacionados con todas sus dimensiones (la protección del riesgo financiero es la más popular de todas). Deberán definirse otras dimensiones para que su aplicación pueda impulsarse con éxito.

Se proponen tres dimensiones de CSU en relación con la salud reproductiva/materna y neonatal: sociedad, proveedores y servicioSe proponen tres dimensiones de CSU en relación con la salud reproductiva/materna y neonatal: sociedad (protección social, protección financiera), proveedores (mano de obra, calidad, nivel de reacción, eficiencia) y servicio (asequibilidad, aceptabilidad, accesibilidad, eficiencia, equidad y gama de servicios). La existencia de indicadores que representen todos los componentes de las 3 dimensiones propuestas facilitará la cobertura exhaustiva de los servicios de atención a la salud reproductiva en la era posterior a los ODM.