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Contaminación atmosférica y demencia – Protejamos nuestro cerebro con mejores directrices sobre la calidad del aire ambiente

21.9.2023
Dementia and Air Pollution home
Foto: Canva

La contaminación atmosférica es un factor de riesgo de la demencia. Más de 500.000 personas en la UE padecen demencia asociada a la contaminación.

 

[Este texto lo han escrito conjuntamente Carolyn Daher, Mark Nieuwenhuijsen y Claudia García-Vaz, de la Iniciativa sobre urbanismo, medio ambiente y salud de ISGlobal; y Juan Domingo Gispert, Natalia Vilor-Tejedor y Arcadi Navarro, del Barcelonaβeta Brain Research Center.]

 

La demencia supone una gran carga para los sistemas sanitarios y de asistencia social, y esta carga aumentará en las próximas décadas. En Europa, un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en 2019 cuidar a los 14,1 millones de personas que viven con demencia en la Región Europea costó 392.000 millones de euros o casi 28.000 euros por persona con demencia. En los países de la Unión Europea (UE), se calcula que en 2030 los costes ascenderán a más de 250.000 millones de euros.

 

 

Cada vez hay más pruebas de que los factores de riesgo modificables de la demencia son responsables de alrededor del 40% de los casos. Todos esos casos podrían, por lo tanto, prevenirse o retrasarse. Esta evidencia tiene implicaciones políticas cruciales.

Los costes financieros y sociales asociados a la demencia son enormes, pero también prevenibles, en parte, si se reducen los niveles de contaminación atmosférica

En particular, la contaminación atmosférica es uno de los factores de riesgo de demencia mejor comprobados. Hoy es responsable de más de 500.000 casos de demencia en la UE. Reducir la exposición a la contaminación atmosférica es una de las recomendaciones específicas que ha hecho la Comisión Lancet sobre Prevención, Intervención y Cuidados de la Demencia a fin de disminuir la prevalencia de la demencia. Esta comisión pide a los responsables políticos que aceleren las mejoras en la calidad del aire, sobre todo en las zonas con aire más contaminado.

Las ciudades constituyen un punto central para la prevención de la demencia relacionada con la contaminación atmosférica puesto que son focos de contaminación y en ellas vive la mayoría de la población en Europa.

Qué es la demencia

El término «demencia» describe de forma general la pérdida de memoria, de lenguaje, de capacidad para la resolución de problemas y de otras capacidades del pensamiento que son lo suficientemente graves como para interferir en la vida diaria. La demencia puede estar provocada por varias enfermedades, de las cuales el alzhéimer es la más frecuente y la responsable de cerca del 70% de los casos. Otras causas de demencia son la demencia vascular, la enfermedad de Parkinson, la demencia con cuerpos de Lewy o la demencia frontotemporal. Se calcula que en la UE viven con demencia casi 8 millones de personas, cifra que se espera que se duplique en 2050 hasta alcanzar casi los 19 millones de personas.

Se calcula que en la UE viven con demencia casi 8 millones de personas, cifra que se espera que se duplique en 2050 hasta alcanzar casi los 19 millones de persona

La demencia tiene repercusiones físicas, psicológicas, sociales y económicas, no solo para las personas que la padecen, sino también para sus cuidadores, familiares y la sociedad en general. La demencia es una de las principales causas de dependencia y discapacidad en la vejez. La aparición del deterioro cognitivo compromete su capacidad para llevar a cabo tareas complejas pero esenciales en la vida diaria. Además, las personas que sufren demencia tendrán cada vez más dificultades para satisfacer sus necesidades básicas de cuidados personales.

 

Contaminación atmosférica, alzhéimer y otras demencias

En un artículo reciente publicado en el British Medical Journal (BMJ), personal investigador de la Harvard T.H. Chan School of Public Health llevaron a cabo una revisión sistemática y un metanálisis sobre la contaminación atmosférica y la demencia. Los resultados de este estudio sugirieron pruebas consistentes de una relación entre la contaminación del aire ambiente y la demencia clínica. Cada aumento de 2 a 3 μg/m3 en la exposición media anual a las PM2,5 aumentaba el riesgo de desarrollar demencia en un 4%. Casi la mitad de los casos quedan sin diagnosticar.

Estos hallazgos recientes se suman a la evidencia anterior que corrobora que la contaminación atmosférica es un factor de riesgo bien comprobado para la demencia y está relacionada con el 6,3% de los casos. Ciertas estimaciones recientes indican que la tasa de incidencia estimada (casos por año) de la enfermedad de Alzheimer y la demencia por causas no especificadas asociadas a la exposición a la contaminación atmosférica en Europa es de 498.000 y 314.000, respectivamente. Se prevé un aumento importante de la tasa de incidencia futura (en torno al 72% para ambos tipos de demencia) si se tiene en cuenta el efecto del cambio climático junto con los cambios previstos en la población futura, debido al envejecimiento previsto de la población europea.

La contaminación atmosférica podría contribuir al deterioro mental y a la demencia por sus efectos sobre los vasos sanguíneos

Las partículas contaminantes del aire podrían acelerar los procesos neurodegenerativos mediante enfermedades cerebrovasculares y cardiovasculares, así como el procesamiento de proteínas en el cerebro. Un informe reciente del Comité del Reino Unido sobre los Efectos Médicos de los Contaminantes Atmosféricos concluye que la contaminación atmosférica, en particular la de pequeñas partículas, puede afectar al corazón y al sistema circulatorio, que incluye la circulación hacia el cerebro. Por lo tanto, la contaminación atmosférica podría contribuir al deterioro mental y a la demencia por sus efectos sobre los vasos sanguíneos. Además, la contaminación atmosférica también podría estimular las células inmunitarias del cerebro, que a su vez pueden dañar las células nerviosas. Asimismo, algunas partículas muy pequeñas de contaminación atmosférica podrían penetrar en el cerebro y causar daños directos.

 

 

Una revisión reciente informó de relaciones significativas entre la contaminación atmosférica y la disminución de los volúmenes de estructuras cerebrales específicas, en concreto el volumen del hipocampo, el grosor cortical y la superficie, como en el córtex prefrontal y el lóbulo temporal, así como el debilitamiento de las vías de conectividad funcional, en gran medida las redes del Modo por Defecto (DMN) y Frontal Parietal (FPN), según se detectó mediante IRMf. Esto puede explicar por qué se ha relacionado la contaminación atmosférica con la pérdida de memoria, el deterioro cognitivo y la demencia.

La adopción de nuevas directivas de la UE sobre la calidad del aire ambiente que estén en línea con las directrices de la OMS sobre la calidad del aire es un paso crucial para proteger la salud de nuestra población anciana

Necesitamos una nueva directiva de la UE sobre la calidad del aire

Podemos conseguir mejorar la calidad del aire. Necesitamos urgentemente crear entornos más seguros y saludables para nuestra población envejecida, en nuestras ciudades y fuera de ellas. Los altos niveles de contaminación atmosférica son una preocupación obvia y requieren medidas para prevenir muchos casos potenciales de demencia en el futuro. La adopción de nuevas directivas de la UE sobre la calidad del aire ambiente que estén en línea con las directrices de la OMS sobre la calidad del aire es un paso crucial para proteger la salud de nuestra población anciana.

La directiva de la UE sobre la calidad del aire ambiental es una oportunidad fundamental para proteger la salud y el bienestar de la población europea que está envejeciendo y servirá de catalizador para que los Estados miembro y las ciudades tomen medidas.

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