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Hepatitis aguda grave de origen desconocido en niños y niñas: estado de la cuestión

02.6.2022
Child Hepatitis
Foto: Janko Ferlic via Unsplash

[Este texto ha sido escrito por Jeffrey Lazarus, jefe del grupo de investigación de sistemas de salud de ISGlobal, y Meaghan Kall, epidemióloga de UK Health Security Agency]

Desde que el pasado mes de abril se anunciara un brote de hepatitis aguda en niños y niñas no relacionada con la infección por los virus de la hepatitis A, B, C, D, E en el Reino Unido, se han identificado más de 650 casos que han tenido lugar a lo largo de los últimos siete meses en varios países europeos, Estados Unidos, Israel y el sudeste asiático. La hepatitis aguda puede estar producida por infecciones, medicamentos, consumo excesivo de alcohol, toxinas ambientales y trastornos autoinmunes, entre otras causas. Sin embargo, en este brote se han descartado la mayoría de las causas conocidas de hepatitis. La causa subyacente sigue siendo un misterio al que se está intentando dar respuesta. A medida que se identifican más casos previos y nuevos, los investigadores se apresuran a encontrar un culpable plausible y una comprensión profunda del mecanismo de la enfermedad para evitar que afecte a más menores.

¿Qué sabemos?

Los informes sobre niños con hepatitis aguda están aumentando. La mayoría de los casos se han identificado en el Reino Unido (222, a 25 de mayo de 2022) y en Estados Unidos (180, a 5 de mayo de 2022). La mayor parte de los afectados estaban previamente sanos y tenían entre un mes y 16 años de edad, tratándose principalmente de menores de diez años. En Europa, el 75% eran menores de cinco años. Un número reducido pero relevante (38, a 27 de mayo de 2022) ha necesitado un trasplante de hígado, y se han notificado al menos nueve muertes. La mayoría de los niños acudieron a la consulta con gastroenteritis (diarrea, náuseas, vómitos) e ictericia (coloración amarillenta de la piel y el blanco de los ojos). Otros síntomas notificados son orina de color oscuro, heces pálidas y/o grises, picor en la piel, temperatura alta o fiebre, dolor muscular y articular, pérdida de apetito, dolor estomacal o malestar general.

Por el momento, se han descartado las causas más comunes de hepatitis aguda. No se ha identificado ninguna exposición común a drogas/medicamentos, toxinas u otros factores ambientales entre los niños afectados, y los investigadores han descartado los virus que más comúnmente causan hepatitis (como las hepatitis A, B, C, D y E). Esto ha reducido las posibles causas a un puñado de hipótesis que se están investigando activamente.

La hipótesis del adenovirus

Una de las principales hipótesis es que el adenovirus (un virus común que causa síntomas leves de resfriado o gripe) puede tener un papel. El adenovirus ha sido el agente infeccioso más comúnmente detectado en estos misteriosos casos en las niñas y niños (encontrado en casi la mitad de los casos en los Estados Unidos y en dos tercios del Reino Unido). Esta hipótesis se ve reforzada por el hecho de que aproximadamente el 25% de los casos tenían el mismo serotipo de adenovirus, conocido como adenovirus F41, y que muchos de los niños más pequeños pueden no haber estado expuestos al adenovirus previamente, cuando las tasas de infección estaban en su punto más bajo durante la pandemia de COVID-19.

Sin embargo, antes de este brote, no se sabía que el adenovirus F41 causara hepatitis aguda en niños y niñas sanas. En cambio, se asociaba a una enfermedad gastrointestinal leve y a una enfermedad más grave en niños con sistemas inmunitarios deficientes. Además, no todos los casos de este brote han dado positivo a este virus, y se desconocen los mecanismos específicos por los que causaría daños en el hígado ahora. Tal vez nuestra mejor tecnología de laboratorio y la mejora de las actividades de vigilancia nos estén permitiendo detectar una enfermedad que antes pasaba desapercibida, o tal vez exista una interacción entre la infección por adenovirus y algún otro factor aún desconocido. Algunos de los factores que se barajan son una oleada anormalmente grande de infecciones por adenovirus normales y un aumento de la susceptibilidad tras una menor exposición al adenovirus durante la pandemia de COVID-19.

Otras Hipótesis

Mientras se investiga la hipótesis del adenovirus, se siguen explorando otras etiologías infecciosas y/o no infecciosas junto con nuevas variantes de adenovirus y SARS-CoV-2 (en particular la variante ómicron). La infección activa o reciente por el SARS-CoV-2 sólo se ha detectado en el 15% de los niños afectados en el Reino Unido, pero los estudios serológicos para determinar la prevalencia de la infección anterior proporcionarán información importante sobre la posibilidad de un síndrome postinfección por el SARS-CoV-2. Una posibilidad es que la infección previa o actual por SARS-CoV-2 esté interactuando con el adenovirus u otra infección para causar una reacción inmunitaria inflamatoria grave. En Europa, de 19 casos con informes serológicos para el SARS-CoV-2, el 74% fueron positivos. Sin embargo, los datos serológicos serán difíciles de interpretar dada la alta tasa de infección, especialmente durante la ola ómicron. No es posible establecer una conexión con la vacuna COVID-19, ya que casi todos los niños afectados eran demasiado jóvenes para ser vacunados.

Por último, los equipos de investigación están realizando una serie de pruebas para descartar definitivamente posibles exposiciones a toxinas ambientales, como las producidas por algunos hongos, y a medicamentos como el paracetamol y el fluconazol, que se utilizan para el alivio del dolor y el tratamiento de las infecciones fúngicas, respectivamente.

Aunque hay pruebas que apoyan que el adenovirus es una posible causa, parece poco probable que explique totalmente la gravedad de la enfermedad. Según la OMS y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés), la etiología y los mecanismos patogénicos de este brote de hepatitis siguen siendo desconocidos.

 

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