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Shakira tiene Chagas (La noticia falsa que pondría el foco en una enfermedad olvidada)

12.12.2024
Shakira tiene Chagas. Fake news

A los algoritmos de las redes sociales no les gustan los argumentos científicos. Entonces, ¿podría una noticia falsa sobre Shakira ayudar a visibilizar el Chagas?

 

La noticia corrió como la pólvora en redes sociales: el entorno de Shakira, supuestamente, había emitido un comunicado confirmando que la artista colombiana había dado positivo en la prueba de la enfermedad de Chagas. Aunque la información resultó ser falsa, logró poner en el centro de la conversación una de las enfermedades más desatendidas del planeta.

¿Cómo surgió el rumor?

Todo comenzó con la afirmación de que Shakira se habría sometido a un test de Chagas durante una donación de sangre voluntaria en un centro móvil de la Cruz Roja en Estados Unidos. Estos centros suelen incluir pruebas para enfermedades como el Chagas como parte de sus protocolos.

Según los rumores, la cantante podría haber contraído la enfermedad durante su última gira por América Latina, una región endémica del insecto vector (llamado vinchuca, chinche o pito, según el país). Aunque este insecto está tradicionalmente asociado a zonas rurales, el cambio climático y los movimientos de población han ampliado su hábitat, llevándolo incluso a grandes ciudades.

'What the f…?' y otras reacciones por el estilo

Las primeras reacciones de sus fans y seguidores fueron inmediatas. La mayoría con un tono de preocupación, junto a otras con grandes signos de interrogación:

“¿Shakira tiene qué cosa??”

“What the f… is Chagas?

Y así, decenas de miles de comentarios en ese estilo que provenían principalmente de América Latina. Y aquí está lo sorprendente. Tales comentarios podrían esperarse en otras partes del mundo, pero no en la región endémica donde el Chagas es la principal enfermedad parasitaria, con más de 70 millones de personas en riesgo y miles de muertes cada año. Y también sorprende que las preguntas vinieran de Estados Unidos o España, donde se concentra buena parte de la población con Chagas de origen latinoamericano. Aunque, en realidad, no. No sorprende tanto si tenemos en cuenta que la Organización Mundial de la Salud incluye al Chagas en su lista de las enfermedades más olvidadas.

Otros comentarios trataban de consolar a Shakira, darle “ánimos, buena vibra, fuerza, corazones, puños cerrados, tamos contigo” junto a emoticonos de abrazos, etc. Pero, de nuevo, las preguntas junto con respuestas desconcertantes desbordaron las redes. Estas son algunas extraídas de X:

“Eso es cáncer? OMG”

“Es algo por lo que te salen granos o se te hincha el ojo. Mi abuela lo tuvo y murió de changas”

“¿Es un virus chino?”

“No me lo creo. Esa es una enfermedad de pobres que viven en el campo”

Los que sí supieron de qué se trataba

Sin embargo, en muchos otros lugares de América Latina, algunas personas y comunidades supieron de inmediato de qué se trataba. En la Amazonía brasileña, en el Chaco boliviano y paraguayo, en extensas áreas de Argentina, o en regiones como las de Arauca o Boyacá, en Colombia; en Matagalpa, Nicaragua; en Chiquimula, Guatemala, o en Oaxaca de México, y hasta en Florida o Texas en Estados Unidos, supieron de qué se trataba. Pero por desgracia, a los algoritmos no les gustan tanto quienes conocen, padecen o investigan el Chagas como los bulos y las reacciones espontáneas e inmediatas. Es algo que no ha mejorado, sino todo lo contrario, después de la experiencia de la pandemia global de Covid-19.

El Chagas, lejos de ser una prioridad de salud pública en América Latina y otros países fuera de la región, es un gran desconocido entre la población civil y hasta entre muchos profesionales de salud de primera línea, si lo comparamos con el dengue, el zika o la malaria, entre otras.

El insecto (de la especie de los triatominos) sigue siendo el principal vehículo de transmisión del parásito Trypanosoma cruzi (T. cruzi). Pica a los seres humanos y animales, y deposita sus heces infectadas a través de la picadura. Pero también la vía congénita, de madre a hijo, o la ingesta de líquidos y alimentos infectados (que puede ser fatal) hacen que se expanda esta enfermedad, entre otras formas. Se calcula que más de un 30% de las personas con la infección desarrollan graves complicaciones cardíacas (muchas de ellas requieren intervención de trasplante de corazón), y más de un 10% sufre enfermedades digestivas o neurológicas.

Una buena noticia verdadera

Lo bueno es que existe tratamiento. Hay dos fármacos (nifurtimox y benznidazol) igualmente eficaces, sobre todo, en las etapas tempranas de la enfermedad y en población infantil y recién nacidos, así como en adultos. De hecho, las evidencias apuntan a que si se trata a las mujeres en edad fértil se previene la posible transmisión. Además, se están investigando nuevas herramientas de diagnóstico, que permitan una detección más rápida y eficaz, especialmente en casos congénitos, así como tratamientos más cortos y efectivos, e incluso una posible vacuna, con el objetivo de facilitar el acceso a estas soluciones para las poblaciones en riesgo, con resultados prometedores.

El problema es que…: “¡No hay plata, carajo!”

No la hay. Ese es el problema. O sí que la hay, pero casi nadie piensa en invertir en la lucha contra el Chagas. No parece que la vayan a poner Milei ni otros decisores políticos, ni los grandes financiadores de la salud global. Y eso que apenas un 1% de las personas que lo necesitan reciben el tratamiento, según algunas estimaciones. Y eso que el tratamiento se dona o se adquiere a precios muy asequibles, y existen una amplia variedad de métodos de diagnóstico. Pero después de más de un siglo de haber sido descubierta en Brasil por el doctor Carlos Chagas, a muy poca gente parece importarle.

Entonces, ¿por qué el olvido? Ojos que no ven…

Tiene que ver con el olvido, claro. Pero también con las propias características de la enfermedad: asintomática en la mayoría de los casos. Es decir, invisible y silenciosa. Hay que encontrar a las personas que la padecen antes de que sea demasiado tarde. Pero, si no se buscan, es como si no existieran, y por tanto desaparecen.

¿Una fake news por una buena causa?

Por si quedaba alguna duda, lo de la fake news sobre el Chagas de Shakira es también una fake news. La idea me la proporcionó un investigador de Chagas en un descanso de una reunión de trabajo: "Si alguna persona famosa dijera que tiene Chagas, aunque fuera mentira, podría hacer que miles de personas se informaran y buscaran un diagnóstico", comentó. Y a continuación puso como ejemplo lo que ocurrió tras el anuncio público de Angelina Jolie sobre su cáncer. “Al día siguiente, miles de mujeres colapsaron laboratorios y clínicas porque querían hacerse el test. O sea, necesitaríamos que un famoso dijera púbicamente que tiene Chagas, aunque fuera mentira. Pero sería una mentira verdadera, o una mentira buena. Tal vez, así…”.

Tal vez así. Tal vez así muchas personas querrían saber más sobre el Chagas, y pedirían el diagnóstico y el tratamiento como un derecho. Tal vez así muchas otras celebridades e influencers latinoamericanos hablarían del Chagas y provocarían que sus gobiernos buscaran más recursos para la atención del Chagas y que sus ciudadanos se informasen mejor.

Una verdad que no puede seguir siendo ignorada

Haber utilizado el nombre de una celebridad en vida para hacer una fake news con un buen fin no es correcto. Una mentira es siempre una mentira.

Ahora bien, la experiencia de la pandemia, así como recientes conflictos y emergencias, demuestra que las fake news distorsionan y buscan fines muy negativos. Los argumentos de la ciencia, por mucho que estén basados en evidencias, apenas son recogidos por los algoritmos de las redes ni calan en esa parte de la sociedad y del sector político que se aprovecha de las fakes news para fines espurios. Entonces, si con la verdad se fracasa a veces, ¿por qué no dar una vuelta de tuerca a las fake news y hacer que, por una vez, aunque sea a pequeña escala, sirvan para algo?

Y no, Shakira, que se sepa, no tiene Chagas, y desde aquí le pedimos disculpas por haber puesto su nombre en un artículo que habla de una enfermedad real, a la que es urgente atender, y por la que América Latina, principalmente, ha sufrido por más de cien años de soledad. No sé si este recurso pueda convertir la curiosidad en acción, pero como dijo el investigador, tal vez necesitemos más "mentiras verdaderas" para hacer ver una verdad que no puede seguir siendo ignorada. Tal vez.