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One Health (Una sola salud) o cómo lograr a la vez una salud óptima para las personas, los animales y nuestro planeta

16.10.2024
one health es portada

Necesitamos un enfoque One Health, es decir, que tenga en cuenta que la salud animal y la humana están interconectadas y vinculadas a los ecosistemas.

 

A comienzos del año 2000 se introdujo el concepto de “Una sola salud” (en inglés, One Health) para poner nombre a algo que ya se sabía desde hace más de un siglo: la salud humana y la sanidad animal son interdependientes y están vinculadas a los ecosistemas en los cuales coexisten.

Más específicamente, el concepto de One Health se define como “los esfuerzos de colaboración de múltiples disciplinas (personal médico, veterinario, investigador, etc.) que trabajan local, nacional y globalmente para lograr una salud óptima para las personas, los animales y nuestro medio ambiente”.

3 cambios que explican la importancia del concepto One Health

La importancia de este concepto en los últimos años viene dada por los cambios que se han producido en las interacciones entre personas, animales, plantas y nuestro medio ambiente.

Tres hechos destacan entre estos cambios:

1. La población humana crece y se expande a nuevas áreas geográficas

Como consecuencia de ello, muchas personas viven en estrecho contacto con animales salvajes y domésticos. Aunque estos animales tengan un papel muy importante en nuestras vidas, este mayor contacto hace que las posibilidades de que las enfermedades de animales pasen a las personas sean mayores. Son las llamadas zoonosis. Así, animales y humanos compartimos cerca de 300 enfermedades. Desde hace tiempo es sabido que el cuidado de la sanidad animal es fundamental para el mantenimiento de la salud pública. Así, según la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), un 60% de las enfermedades infecciosas humanas conocidas son de origen animal (animales domésticos o salvajes), al igual que un 75% de los agentes patógenos de las enfermedades infecciosas emergentes del ser humano.

2. Nuestro planeta está sufriendo cambios climáticos y de uso de la tierra que provocan deforestación y un aumento de la ganadería intensiva

Estos cambios en las condiciones ambientales y en los hábitats pueden también favorecer el paso de enfermedades de los animales a las personas. La ganadería intensiva se ha asociado con un impacto negativo al medio ambiente y la seguridad humana global, ya que según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la ganadería genera más gases de efecto invernadero que el sector del transporte. Esta ganadería intensiva tiene sus efectos en la deforestación, elevado consumo de agua y contaminación del suelo a través de las heces (expulsión de antibióticos y otros residuos al suelo), así como de amoniaco proveniente de los piensos que se consumen. Además, el abuso de los antibióticos en los animales y la aparición de las zoonosis representan un grave problema para la salud humana. La deforestación tiene muchos efectos negativos para el medio ambiente. Uno de los mayores impactos es la pérdida del hábitat de millones de especies. Así, estas especies buscan nuevos nichos cada vez más cerca de las personas, entra en contacto con ellos y aumentan así el riesgo de zoonosis.

3. El movimiento global de personas, animales y alimentos ha aumentado drásticamente

Como resultado del rápido aumento de los viajes internacionales en las últimas décadas, las enfermedades y vectores de transmisión se pueden dispersar rápidamente a través de las fronteras a nivel mundial. En un mundo cada vez más interconectado e interdependiente, el brote de una enfermedad infecciosa en un país realmente podría convertirse en una preocupante situación de emergencia sanitaria para el mundo entero (por ejemplo, la COVID-19).

El mayor contacto con animales salvajes y domésticos hace que las posibilidades de que las enfermedades de animales pasen a las personas sean mayores. Los cambios en las condiciones ambientales y en los hábitats pueden también favorecerlo. Por otro lado, como resultado del rápido aumento de los viajes internacionales en las últimas décadas, las enfermedades y vectores de transmisión se pueden dispersar rápidamente a través de las fronteras a nivel mundial.

El mayor contacto con animales salvajes y domésticos hace que las posibilidades de que las enfermedades de animales pasen a las personas sean mayores

En resumen, todos estos cambios han favorecido la transmisión de enfermedades entre animales y personas, ya que han aparecido nuevas oportunidades de contacto entre humanos, animales y medio ambiente.

Pok Rie / Pexels

Las áreas en las que el enfoque de “One Health” es especialmente necesario son la inocuidad de los alimentos, el control de zoonosis y la lucha contra la resistencia a los antibióticos.

One Health, una solución integral para la resistencia antimicrobiana

En el caso de la resistencia antimicrobiana, es bien conocido que, en la mayoría de los casos, los antimicrobianos usados en veterinaria y en salud humana pertenecen a las mismas familias y comparten similares mecanismos de acción, lo que incrementa los riesgos de transmisión de bacterias resistentes entre el ser humano y los animales a través de la cadena alimenticia o por otras vías de contacto (heces, contacto directo, etc.). Es muy preocupante que algunos de los antimicrobianos que se utilizan ampliamente en animales son aquellos que se preservan para los casos más difíciles en la clínica humana, como la colistina, para los cuales se han detectado mecanismos de resistencia transferibles en bacterias de origen humano y animal diseminadas por numerosos países de distintos continentes.

Es muy preocupante que algunos de los antimicrobianos que se utilizan ampliamente en animales son aquellos que se preservan para los casos más difíciles en la clínica humana, como la colistina

Una de las prácticas que ha generado el incremento y la dispersión de la resistencia a los antimicrobianos ha sido el uso masivo de estos compuestos desde mediados del siglo pasado como “promotores del crecimiento” para optimizar la ganancia del peso. Asimismo, también se han usado los antibióticos en animales como agentes preventivos de la enfermedad. Todo ello ha llevado a la selección de bacterias resistentes en los animales que llegan al humano a través de la cadena alimenticia.

El agua, un papel clave en el enfoque “Una Sola Salud”

El agua, un recurso esencial para la vida, desempeña un papel clave en el enfoque de "Una Sola Salud". Con el aumento de las sequías y la creciente industrialización, proteger este bien vital se ha vuelto cada vez más difícil. A pesar de los esfuerzos, los vertidos contaminantes continúan afectando la calidad del agua, poniendo en riesgo tanto la salud de los ecosistemas como la humana.

Agentes químicos, materia orgánica, microplásticos y residuos de otros componentes se vierten a los ríos y mares provocando una contaminación de las aguas que puede afectar a los campos de cultivo, los animales y, en última instancia, a los seres humanos. Esta contaminación contribuye además a la pérdida de biodiversidad, con un impacto que va desde los microorganismos hasta especies más grandes, como los peces.

En este contexto, las plantas de tratamiento de aguas residuales desempeñan un papel fundamental. Estas instalaciones reciben agua cargada de una gran variedad de contaminantes, tanto orgánicos como inorgánicos. Sin embargo, surge una pregunta clave: ¿los tratamientos actuales son realmente efectivos para eliminar todas las sustancias peligrosas? A nivel microbiológico, las plantas monitorean bacterias como Escherichia coli, coliformes, EnterococcusClostridium perfringens y, en algunos casos, Pseudomonas aeruginosa. No obstante, se sigue desatendiendo un factor crítico: la presencia de bacterias resistentes a los antimicrobianos. Por esta razón, las plantas de tratamiento se consideran "puntos calientes" en el desarrollo de resistencia. En ellas, las bacterias de origen humano y animal coexisten con bacterias ambientales, facilitando el intercambio de genes de resistencia a los antibióticos.

Se ha observado que, después de ser tratadas, las aguas que regresan a los ríos pueden contener bacterias resistentes a los antibióticos que no pertenecen a los grupos mencionados y que han sobrevivido al proceso de depuración. Esta agua, que puede ser utilizada para el riego de cultivos o como bebida para animales, puede introducir bacterias resistentes en la cadena alimentaria, y afectar directamente a nuestra salud.

Ante este panorama, es fundamental incorporar la detección de bacterias resistentes y los genes asociados a la resistencia en los sistemas de tratamiento de aguas residuales. Solo de esta manera podremos frenar su propagación, alineándonos con el enfoque de "Una Sola Salud", que reconoce la interconexión entre la salud humana, animal y ambiental.

En conclusión, necesitamos urgentemente promover este enfoque transdisciplinar para mejorar la salud de personas, animales y de nuestro medio ambiente.