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Epidemia de sarampión en Gales: un ejemplo a considerar

22.4.2013

En noviembre de 2012 se detectó un aumento de casos de sarampión entre niños y adolescentes del área de Swansea (País de Gales). Meses después, el número de casos ha superado ya los 700, con más de 60 niños y adolescentes hospitalizados.

El sarampión es una enfermedad infecciosa, altamente contagiosa, que puede comportar complicaciones graves hasta en un 20% de casos (neumonía, encefalitis).

El aumento de casos tiene lugar 15 años después que la confianza en seguridad de la vacuna (la triple vírica) sufriera un descenso notable, motivado por las noticias sobre una supuesta relación con el autismo. Esta situación fue particularmente grave en el Reino Unido y en Estados Unidos de América y tiene en Andrew Wakefield, autor de un estudio que se ha demostrado totalmente falso, su principal responsable. Wakefield, culpable de fraude científico y de conducta no ética, fue expulsado recientemente del General Medical Council y no puede ejercer la medicina en el Reino Unido. La relación entre el autismo y la vacuna está descartada tras múltiples estudios e informes científicos.

Los niveles de vacunación se han ido recuperando tras la crisis de 1998, pero existe una población vulnerable, que fue la que no se vacunó en su momento.

Tras varias semanas, más de 2.500 personas se han vacunado ya en Swansea, pero la epidemia no está aún controlada. Más de 6.000 niños no han recibido todavía la vacuna triple vírica en dicha zona. Swansea sigue siendo vulnerable. Hay muchos niños sin protección. La única protección es la vacuna, que es efectiva (90% de protección con una dosis, 99% de protección con dos dosis). Y es segura.

A veces, un ejemplo vale más que mil datos: Craig Thomas, padre de dos niños y una niña, declaraba a la BBC“Desearía haber vacunado a mis hijos: me siento culpable de no haberlo hecho, ojalá pudiese volver atrás en el tiempo. Pensamos que nunca contraerían la enfermedad. Solo quisiera que otros padres sepan lo difícil que resulta ver a tus tres hijos enfermos. Hay que hacer algo antes que tengan el sarampión: hay que vacunarlos. Mi consejo a todos los padres es que vacunen a sus hijos antes que tengan que ver cómo es el sarampión. No hay excusas para no protegerlos. Los niños infectados pueden provocar graves problemas a otros niños”. Se podrá decir más alto, pero no más claro.

Para cerrar el círculo del cinismo, Andrew Wakefield ha declarado ahora que los profesionales de la Salud Pública son los responsables de la epidemia de sarampión, dado que “parecen estar más preocupados en proteger el programa de vacunación que en proteger los niños”. No hay peor tonto que el que no sabe que lo es.

Wakefield es responsable de realizar investigaciones fraudulentas y no éticas, y de aparecer en los medios afirmando cosas que sabía perfectamente que eran falsas. Se hizo famoso y rico. Consiguió que muchos padres perdieran confianza en una vacuna segura y eficaz y es un ídolo (todavía) entre los movimientos antivacunación.

Ahora, ya totalmente desacreditado, tiene la desfachatez de hablar de nuevo. Desafortunadamente, los niños y los padres de Gales saben a lo que se enfrentan en la realidad.

El riesgo mayor de una vacuna como la triple vírica es no utilizarla para proteger a tus hijos del sarampión, las paperas y la rubeola.