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¿Siguen vigentes el Banco Mundial, la OMS y las Naciones Unidas?

12.3.2014

En los últimos 60 años han cambiado muchas cosas, tenemos Internet, la Guerra Fría empezó y terminó, hemos descubierto vacunas que han salvado la vida y evitado sufrimientos a miles de millones de individuos, podemos hacer trasplantes, nuestra esperanza de vida casi se ha multiplicado por dos, vivimos una globalización como nunca antes había existido, etcétera. Sin embargo, los grandes principios y, sobre todo, necesidades que alumbraron en aquellas fechas iniciativas como el Banco Mundial (BM), la Organización Mundial de la Salud (OMS) o Naciones Unidas siguen estando tan vigentes como entonces.

Con sus luces y sus sombras, como explica de manera pormenorizada el documento Cooperación al desarrollo dirigida a la sanidad: el papel de los organismos internacionales, las Agencias Multilaterales, especialmente la OMS y el Banco Mundial, han jugado un papel determinante en las actividades de la Salud Internacional. Pero en los últimos lustros su liderato se ha visto comprometido por la aparición en el dominio de la Cooperación Internacional dirigida a la Sanidad de un creciente e influyente número de actores. Hoy, además de los ministerios del ramo que existen en cada nación receptora de ayuda, intervienen en esta actividad sanitaria alrededor de 200 grandes instituciones multilaterales, intergubernamentales y no gubernamentales, a lo que hay que agregar las numerosas compañías y consultoras que operan en el sector, sin olvidar las declaradas intenciones de los BRICS —especialmente de Rusia y China— de crear un nuevo marco de «cooperación Sur-Sur.

Es posible que los problemas sanitarios a las que nos enfrentamos, cuyas consecuencias cada vez nos afectan más a todos, ya que vivimos en un mundo muy globalizado, puedan resolverse mejor si se acelera el desarrollo de un «Sistema Sanitario Mundial» (Global Health System). En cierto sentido esto fue lo que se pretendió con la creación de la OMS. Aunque disponemos de más y mejores recursos para atender los problemas de salud en las zonas más depauperadas, la falta de coherencia en el interior de las grandes organizaciones públicas y privadas —muchas veces consecuencia de las presiones políticas y las ideologías—, y de coordinación entre ellas, dificulta la puesta en marcha de sinergias que articulen una respuesta más eficaz en las actuaciones a nivel mundial. Cabría, por lo tanto, preguntarse: ¿podrían ser, pese a los riesgos que pueda entrañar, la OMS y el BM los grandes coordinadores de un Sistema Sanitario Mundial que asegurase que el grueso de la ayuda llega al eslabón más débil de la cadena, esto es, los pobres?

Cooperación al desarrollo dirigida a la sanidad: el papel de los organismos internacionales

El autor de esta entrada, José Luis Puerta, ha realizado un análisis del papel de los organismos internacionales involucrados en la cooperación en salud. Esta es la publicación resultante: