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¿Ha llegado la hora de la vacunación obligatoria en Europa?

19.10.2023
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La pandemia de COVID-19 ha hecho replantearse las estrategias europeas de vacunación: ¿cuáles son las más eficaces?

 

Los brotes de enfermedades prevenibles mediante vacunación que han tenido lugar en la última década, desencadenados por la reticencia a las vacunas junto con la pandemia de COVID-19, subrayan la necesidad de reevaluar las políticas de vacunación existentes en muchos países europeos. Además la pandemia perturbó los servicios de inmunización, provocando el mayor descenso sostenido de la inmunización infantil en 30 años. Estos problemas pusieron en tela de juicio las políticas de inmunización, sobre todo en determinadas regiones. Los países con programas eficaces de inmunización sistemática generalmente desarrollaron estrategias de inmunización COVID-19 exitosas. En 2019, antes de que se declarara la pandemia, se notificó un número sin precedentes de más de 100 000 casos de sarampión en la Región Europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En 2022, también se notificó un número inusualmente alto de casos de difteria (unos 400) en la región. Y el número de genes de resistencia a los antimicrobianos y la amplitud de la resistencia a los antimicrobianos han aumentado significativamente en la última década. Todo ello pone de relieve la necesidad de revisar periódicamente los programas de inmunización y adaptarlos a las circunstancias cambiantes.

 

No existe una política de vacunación universalmente aceptada

Aunque no existe una política de vacunación universalmente aceptada para alcanzar los objetivos de cobertura fijados por las directrices nacionales e internacionales, muchos países europeos están endureciendo sus políticas de inmunización imponiendo la vacunación obligatoria. Algunos gobiernos, como los de los países nórdicos, han optado por programas de vacunación recomendada, manteniendo una elevada cobertura de vacunación y una baja incidencia de enfermedades prevenibles mediante vacunación. Por el contrario, países como Francia, Italia y Ucrania han introducido programas de vacunación obligatoria en respuesta al descenso de la cobertura de inmunización y al aumento de los brotes. Durante la pandemia de COVID-19, muchos países de la Región Europea de la OMS utilizaron medidas coercitivas para promover la inmunización contra la COVID-19, que iban desde la introducción de certificados COVID-19 hasta las multas.

 

¿Qué países tienen políticas de vacunación infantil obligatoria? En naranja: Vacunas obligatorias. En amarillo: Obligatorias para entrar en la escuela. En gris: No se ha encontrado ninguna fuente. En azul: Recomendadas.

 

Los datos de varios países europeos, como Italia, Francia, Letonia, Serbia y Ucrania, demuestran que introducir programas obligatorios de inmunización infantil aumenta la cobertura vacunal y reduce la incidencia de enfermedades prevenibles mediante vacunación. Los beneficios de estos programas obligatorios superan a los perjuicios en los países que luchan por alcanzar la cobertura deseada y reducir la incidencia de enfermedades prevenibles mediante vacunación. Sin embargo, este equilibrio puede ser diferente en países en los que las políticas de inmunización recomendadas mantienen una cobertura adecuada sin problemas significativos.

 

El caso de la obligatoriedad de la vacuna COVID-19

En cuanto a la obligatoriedad de la vacuna COVID-19, los estudios muestran que la introducción de certificados COVID-19 se asoció a un aumento significativo de la aceptación de la vacuna COVID-19 en Grecia, Francia, Alemania, Israel, Italia, España y Suiza El efecto de la vacunación obligatoria para todos o algunos grupos de población varió desde una disminución continua de las dosis diarias administradas, como en Austria, hasta ningún efecto significativo, pasando por un aumento retardado o temporal, como en Italia.

Al mismo tiempo, existe el riesgo de que la introducción de la vacunación obligatoria tenga algunas consecuencias imprevistas importantes, como la pérdida de confianza del público en las vacunas en general, la disminución de la cobertura de las vacunas no incluidas en la obligatoriedad, la erosión de la disposición de las personas a confiar en las autoridades y un impacto negativo en las libertades civiles. En varios países europeos, como Italia, Francia, España y los Países Bajos, se notificaron casos de certificados de vacunación o pruebas COVID-19 falsos.

 

Las vacunas obligatorias, último recurso

A pesar de su impacto positivo sobre la cobertura y la incidencia de enfermedades en los programas rutinarios de inmunización infantil, la vacunación obligatoria debe evitarse en general y considerarse un último recurso. Es aconsejable utilizarla como una herramienta temporal y no permanente, y comunicársela al público. Usar la vacunación obligatoria en una emergencia de salud pública, como ocurrió con la pandemia de COVID-19, es más controvertido porque implicó usar nuevas vacunas autorizadas para uso de emergencia con pruebas limitadas sobre la prevención de infecciones, la durabilidad de la protección y la necesidad de dosis de refuerzo.

 

Ejemplos de medidas para estimular la vacunación contra la COVID-19. En amarillo: Certificados. En azul: Incentivos. En naranja: Vacunas obligatorias. En naranja y azul: Las tres.

 

Las intervenciones basadas en incentivos, como loterías y pagos en efectivo, han demostrado ser prometedoras para aumentar la aceptación de vacunas y pueden ser una alternativa viable a la obligatoriedad. Es importante analizar tener en cuenta los casos de éxito de países similares, y hacer hincapié en otros elementos de las políticas de inmunización, como las campañas de información adaptadas y el suministro adecuado de vacunas. Reforzar la resiliencia de los sistemas sanitarios y aumentar la financiación de la atención primaria también son esenciales para apoyar políticas de inmunización eficaces. El objetivo final sigue siendo claro: proteger la salud pública preservando al mismo tiempo la confianza y las libertades individuales.

 

Estos resultados provienen de la investigación del proyecto de doctorado de Lidia Kuznetsova, supervisado por Antoni Trilla y Elizabeth Diago. Se han publicado en los siguientes artículos científicos: