Comunidades al frente: liderando el fin de la epidemia del VIH

El Día Mundial de la Lucha contra el Sida se celebra en 2023 reconociendo el papel crucial de las comunidades de personas en riesgo o afectadas por el VIH.

El 1 de diciembre conmemoramos el Día Mundial de la Lucha contra el Sida, este año bajo el poderoso lema de “Que lideren las comunidades”. Se reconoce así el papel crucial que desempeñan las comunidades de personas en riesgo o afectadas por el VIH. Su labor inspira confianza, fomenta la innovación y fortalece la implementación equitativa de políticas y servicios de salud.

A pesar de los avances, en 2022 aún había 39 millones de personas viviendo con VIH en todo el mundo, con un abrumador 82% de casos concentrados en África subsahariana, de los cuales el 7,3% correspondían a niños y niñas, y el 24% siguen sin tratamiento. En España, cada año se diagnostican 3.500 nuevos casos, y la mitad de ellos se detectan tardíamente.

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas para el VIH/sida (ONUSIDA) ha fijado objetivos ambiciosos en diagnóstico, tratamiento y supresión del virus con la meta de, para el 2030, acabar con la epidemia del VIH como problema de salud pública, así como combatir el estigma y la discriminación.  

El papel clave de las comunidades en riesgo o afectadas por el VIH

El lema “Que lideren las comunidades” es un llamamiento a la acción para habilitar y respaldar a las comunidades afectadas por la epidemia con el fin de que asuman puestos de liderazgo en la lucha contra el VIH. ONUSIDA destaca cuatro elementos esenciales en la respuesta comunitaria al VIH:

1. Participación en la rendición de cuenta
2. Prestación de servicios comunitarios
3. Investigación comunitaria participativa
4. Financiación de base comunitaria

Ejemplos de logros de las comunidades en la lucha contra el VIH   

La sensibilización, las campañas y la participación en la responsabilidad de base comunitaria han cambiado el paisaje de la respuesta al sida en todo el mundo, y siguen logrando cambios clave que mejoran el bienestar de las personas y las comunidades.

Una iniciativa destacable es la Global Network of People Living with HIV World AIDS Campaign International, que ha establecido redes nacionales de personas que viven con el VIH en países como Camerún, Etiopía, Kenia, Malawi, Nigeria o Moldavia. Estas redes trabajan en estrecha colaboración con los gobiernos para planificar, implementar y evaluar programas que amplíen el acceso a la prevención, tratamiento, atención y apoyo relacionados con el VIH, promoviendo un entorno libre de discriminación.

Otro ejemplo es la difusión de la campaña U=U (indetectable=intransmisible por sus siglas en inglés), que empodera a personas que viven con el VIH para llevar una vida sexual sin temores, promoviendo la adherencia al tratamiento y prácticas sexuales seguras, mientras las libera del estigma asociado.

Las comunidades humanizan la prevención y el tratamiento del VIH

Las acciones de las comunidades a la hora de prestar servicios relacionados con el VIH son especialmente importantes ya que humanizan la ejecución de la prevención, el tratamiento, la atención y el apoyo.

Como ejemplo, destacamos el Proyecto Step Up en Sudáfrica, centrado en personas que consumen drogas y que enfrentan limitaciones en el acceso a servicios de VIH debido a leyes punitivas, estigma y discriminación en este país. El proyecto ofrece servicios de prevención del VIH, pruebas, incluyendo la detección de otras infecciones de transmisión sexual y tuberculosis, y enlace con los servicios de atención médica, así como asesoramiento sobre reducción de daños y servicios de distribución de agujas y jeringas.

Otro ejemplo, lo encontramos en la Red Argentina de Jóvenes y Adolescentes Positivos (RAJAP), que presta apoyo a personas jóvenes que viven con el VIH y a personas de entre 14 y 30 años que pertenecen a los grupos de población clave. Mediante un enfoque innovador, la RAJAP trabaja con y para jóvenes, adoptando su lenguaje para capacitarles en la identificación de la violación de derechos, la denuncia de las injusticias y la reclamación de sus derechos de acceso a los servicios.

Que las comunidades participen en la investigación

La participación activa de las comunidades en la investigación es esencial para obtener resultados más profundos y fiables, como asegurar una muestra representativa, formular las preguntas adecuadas y determinar la interpretación adecuada de los resultados. Un ejemplo es el Índice del estigma de las personas que viven con el VIH, una herramienta de investigación única que cuantifica el estigma y la discriminación experimentados por estas personas, y cómo afecta sus vidas, lugares de trabajo y su salud. Las personas que viven con el VIH no solo son investigadores que capacitan a otros, sino que también se convierten en agentes del cambio al compartir sus historias como entrevistados.

Iniciativas de financiación comunitaria

Finalmente, las iniciativas de financiación comunitaria también desempeñan un papel crucial en la lucha contra el VIH. Muchas organizaciones han contado con elementos dinámicos de recaudación de fondos, y muchas tienen también experiencia en utilizar fondos para garantizar que las organizaciones comunitarias, en particular aquellas que trabajan más estrechamente con las personas que viven con el VIH y las poblaciones marginadas, no queden excluidas.

Por ejemplo, Comunità Volontari per il Mondo, una ONG internacional, ofrece financiamiento en Etiopía y Tanzania para promover la respuesta comunitaria al VIH en los grupos de población clave. En Ucrania, Light of Hope actúa como intermediario para proporcionar financiación gubernamental y los presupuestos locales a las ONG. Uno de sus mayores logros ha sido la construcción de nueve edificios con condiciones favorables de arrendamiento para las ONG que en la actualidad ofrecen servicios relacionados con el VIH a un coste menor por unidad.

Otorgar el protagonismo a las comunidades

La directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, subraya la importancia crucial de “otorgar el protagonismo a las comunidades en la eliminación del VIH, con un liderazgo activo en la lucha”. Los proyectos comunitarios liderados por personas con VIH fortalecen los servicios sanitarios y empoderan a las comunidades vulnerables. Por ende, para poner fin a la epidemia de VIH, el mundo necesita que las comunidades lideren el camino.