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Atención sanitaria en zonas de conflicto: el caso de los Territorios Palestinos Ocupados

20.10.2014

La lucha para proteger el derecho a la salud de las poblaciones que viven en estado de conflicto y de lucha armada sigue siendo un reto para la capacidad y la estabilidad tanto de los proveedores de atención sanitaria a nivel local como de la comunidad sanitaria internacional en general. Es cierto que se han incrementado y coordinado los esfuerzos en el ámbito internacional para abordar algunos de los motivos de preocupación más relevantes en el ámbito de la salud que aparecen en tiempos de crisis; no obstante, la dificultad para gestionar y sostener iniciativas en el área sanitaria en un entorno de estas características, a menudo junto con la no coincidencia de las hojas de ruta impuestas por los distintos agentes implicados, significa que aún existen muchas lagunas al abordar algunos de los retos más apremiantes en el ámbito de la salud. Así pues, seguimos enfrentándonos a la triste realidad de que “la inseguridad en la atención sanitaria es uno de los problemas humanitarios de mayor envergadura y que requieren una atención inmediata en los conflictos actuales, y aún así no se reconoce como tal”.

La inseguridad en la atención sanitaria es uno de los problemas humanitarios de mayor envergadura

En todos los Territorios Palestinos Ocupados (oPt por sus siglas en inglés), la hostilidad entre las facciones en lucha ha provocado que el acceso a cualquier aspecto de la atención sanitaria sea impredecible e inestable. Los intentos para concretar una vía de trabajo hacia un acuerdo de paz entre las dos partes principales implicadas en el conflicto han cosechado muy pocos éxitos en los últimos años. Así pues, cualquier mejora que pueda obtenerse en el ámbito de la atención sanitaria suele ser efímera, como consecuencia de la desfavorable combinación del incremento de las disputas a nivel interno y las incesantes disputas externas. En un escenario de estas características, la cuestión de la justicia suele ser bastante perturbadora: ¿cómo podemos garantizar el acceso seguro a la asistencia sanitaria en un entorno caracterizado por la inseguridad y el conflicto? ¿Cómo podemos dirigirnos a las personas más vulnerables si los únicos datos en los que podemos fundamentar nuestra valoración de necesidades están, en la mayoría de los casos, incompletos o fragmentados?

El último conflicto entre fuerzas israelíes y palestinas en Gaza ha desestabilizado más si cabe la red de salud en ambas regiones

El último conflicto entre fuerzas israelíes y palestinas en Gaza (iniciado en julio de este año) ha desestabilizado más si cabe la red de salud en ambas regiones, ahondando en el daño a su aparato e infraestructura, y provocando desplazamientos masivos en la zona. Absolutamente sobrepasado por este último episodio de violencia, el sistema de salud atraviesa ahora una situación de tensión y de recursos en descenso crónico, aumentando así su dependencia de canales y agencias externos y fragmentando todavía más la disponibilidad y la prestación de cuidados de salud.

Con tantos factores en contra apareciendo simultáneamente en todos los Territorios Palestinos Ocupados, es difícil luchar contra la creencia que garantizar la salud y el bienestar de la población actual y futura es una tarea fútil; aún así, no debe considerarse, ni por un momento, una tarea imposible.

El artículo A Health System Under Siege: Ensuring Equity Across the Continuum of Care within the Occupied Palestinian Territories presenta el contexto actual en el que operan los servicios sanitarios en dicha zona, y explora el impacto y los efectos experimentados en un servicio de atención sanitaria desarticulado

El ensayo A Health System Under Siege: Ensuring Equity Across the Continuum of Care within the Occupied Palestinian Territories presenta el contexto actual en el que operan los servicios sanitarios en dicha zona, y explora el impacto y los efectos experimentados en un servicio de atención sanitaria desarticulado: un sistema claramente fragmentado, desorganizado e ineficaz que no puede garantizar una asistencia segura, accesible económicamente y prestada en el momento requerido. Varios factores contribuyen a un sistema con efectos negativos para la provisión de servicios sanitarios a amplios sectores de la población Palestina, como por ejemplo: las carencias estructurales en los centros de asistencia; la preponderancia de prácticas clínicas de riesgo; las desigualdades regionales alimentadas por los desequilibrios en la provisión de servicios de salud por parte de los proveedores aún existentes; el retroceso experimentado en la financiación de los servicios sanitarios y las excesivas barreras físicas que siguen en pie como consecuencia del resentimiento político.

No obstante, la inestabilidad del entorno político no debería hacernos resignar a aceptar la situación de peligro en que se encuentra el estado de salud de amplios sectores de la población: a pesar de todos los factores en contra, es posible progresar. Algunas medidas pueden ser: el fomento de una mejor coordinación y comunicación entre los agentes encargados de la atención sanitaria y otros sectores relacionados, lo que puede ayudar a construir un sistema mucho más eficiente en términos de costes a lo largo de los Territorios Palestinos Ocupados; el desarrollo de estrategias de financiación adaptadas a las personas más pobres, que contribuiría a aliviar la carga económica a la que se enfrenta gran parte de la población; y el establecimiento, a partir de iniciativas ya existentes, de un sistema más cohesionado e integrado de recopilación y gestión de datos que pueda aportar una base de información más contrastada, esencial para lograr el desarrollo de un sistema de atención sanitaria más justo.

Dicha valoración deja claro lo siguiente: si no se aborda la provisión de asistencia sanitaria en los Territorios Palestinos Ocupados con un enfoque más definido, coordinado y pragmático en la zona, y se desarrolla un análisis más centrado en los aspectos regionales, es muy probable que el estado de salud de la población Palestina se deteriore. No podemos, ni debemos, permitir que esta situación siga siendo una realidad.