Xavier Prats: “Cuando se trata de unir esfuerzos para resolver problemas cada vez más grandes, hay un gran margen para acciones europeas”
Tras una reunión con representantes de ISGlobal, el director general de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea nos acordó una entrevista
25.01.2017El pasado 19 de enero el director general de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea, Xavier Prats, visitó ISGlobal y se reunió con directivos e investigadores de la institución. Durante la reunión, organizada por el departamento de Análisis y Desarrollo Global, el comisionado europeo compartió experiencias y resultados en temas de interés mutuo. Uno de los puntos prioritarios en la agenda fue la contribución de ISGlobal a futuras acciones europeas para combatir la resistencia antimicrobiana. Otros temas tratados fueron las Redes de Referencia Europeas, género y salud, y migración y salud. Prats también expresó su interés en el modelo privado-público de gobernanza de ISGlobal como ejemplo innovador de colaboración académica, universitaria y filantrópica que se puede expandir en Europa.
Al final de la reunión, tuvimos la ocasión de hacerle la siguiente entrevista.
¿Cuál es el estado actual de salud de los ciudadanos europeos, y cuál es la tendencia para el futuro?
La salud de los ciudadanos europeos está mejor que nunca. Alejandro el Magno, Julio Cesar, Karl Marx, Humboldt... tuvieron todos una esperanza de vida de 35 a 40 años, la cual comenzó a aumentar al inicio del siglo pasado. Ha habido una mejora dramática en la esperanza de vida, y sobre todo en esperanza de vida saludable. Hoy en día, en la mayoría de países europeos, cuando cumples 65 todavía tienes 12 años de vida saludable por delante. Otro ejemplo: hoy, las probabilidades de sobrevivir a un ataque al corazón han aumentado en 40%, comparado al inicio del siglo. La medicina ha logrado cosas fantásticas y puede lograr aún más en el futuro.
Pero, al vivir más tiempo los retos son mayores, especialmente si uno considera la salud en términos de desigualdad. Las diferencias en salud asociadas al nivel educativo, el empleo, el lugar donde uno vive, son considerables. Por eso, no solo tenemos que hacer progresos en mantener la salud de una población que envejece, pero también en reducir las desigualdades en salud.
¿Estas desigualdades están aumentando o disminuyendo?
En términos absolutos, la salud de los ciudadanos ha mejorado. Sin embargo, las desigualdades han aumentado. La tecnología es cara y puede generar mayor desigualdad, pero también ofrece la oportunidad de hacer mejor las cosas para los ciudadanos, y ahí está el reto. Tenemos que asegurarnos de que la asistencia sanitaria sea más centrada en los pacientes y basada en resultados en vez de procedimientos, que es lo que generalmente se mide en el campo de la asistencia sanitaria.
Estamos acostumbrados a que los médicos pregunten a sus pacientes “¿qué es lo que le pasa?” cuando la verdadera pregunta es “¿qué es lo que le importa?” Eso es en lo que debemos trabajar.
¿Puede darnos un ejemplo concreto donde acciones Europeas en salud han sido exitosas?
El mejor ejemplo es lo que hemos hecho con las Redes Europeas de Referencia. Tenemos una serie de enfermedades raras y complejas en Europa que afectan a casi 30 millones de ciudadanos. Ningún hospital, país o disciplina por sí solo es capaz de hacer frente a estas enfermedades, por lo que representan un area en la que las acciones a nivel europeo aportan un gran valor añadido. Nos ha tomado 10 años, pero en diciembre pasado la UE aprobó 24 Redes de Referencia Europeas que reúnen diferentes hospitales, pacientes e instituciones para ayudar a luchar contra estas enfermedades raras.
En mi opinión, este es un ejemplo perfecto de que, en ciertas áreas, Europa puede lograr mucho. No es cierto para otras áreas – la UE no tiene el derecho ni la legitimidad para decirles a los países como organizar sus sistemas de salud; esto depende de valores que no deben ser dictados por las instituciones europeas. Pero cuando se trata de fomentar sinergias y unir esfuerzos para resolver problemas cada vez mayores, hay mucho margen de acción.
¿Qué lecciones hemos aprendido de las últimas epidemias de ébola y zika?
La primera lección, que deber resultar muy familiar a ISGlobal, es que la salud y las epidemias son globales. Cada vez que una crisis pasa, tendemos a olvidarlo. El ébola y el zika son recordatorios de que no estamos solos, no podemos poner fronteras o muros, y que los retos globales necesitamos afrontarlos juntos. Esto no solo es una lección de políticas de salud, pero también de ética.
Pero hay otra lección. La crisis de ébola puso de manifiesto que nuestros sistemas sanitarios, las autoridades de salud pública, nuestras sociedades, estaban mal preparados para una crisis de esa magnitud. Debo decir que desde entonces se han hecho muchos esfuerzos para coordinar las situaciones, compartir información a tiempo entre diferentes países y actores, y espero que para la próxima crisis podamos decir que hemos aprendido la lección.
¿Cuáles son los principales retos en salud pública en Europa en los próximos años?
Ciertamente, el reto más importante es el de tratar con una sociedad en envejecimiento. Está bien que la gente viva más tiempo y mejor, pero esto crea complicaciones. La multimorbilidad y las enfermedades crónicas cobran mayor importancia y necesitamos adaptar las competencias del personal, no solo de los médicos pero también de las enfermeras y los cuidadores. Necesitamos adaptarnos a una sociedad cuya demografía está cambiando radicalmente.
El otro reto que mencionaría es el de hacer un mejor uso de la tecnología y de su potencial. Estamos a punto de vivir un momento de transformación en el área de la atención sanitaria, donde la tecnología pronto tendrá el mismo impacto que ya ha tenido en otros sectores. Esto puede ser una enorme oportunidad para ofrecer más y mejor atención, y para resolver otro reto importante en Europa: la sostenibilidad de nuestros sistemas de salud.
¿Cree que las alianzas público-privadas pueden ser una manera de abordar dichos retos?
Creo que los sistemas de salud en Europa comparten un mismo sentido de necesidad de acceso a la cobertura médica universal. Ahora bien, cómo proveer dicho acceso y cómo hacer un uso eficiente del dinero es la pregunta clave. Y la rentabilidad, en el caso de la atención sanitaria, no se mide en términos de eficiencia económica sino de ética, porque la obligación y objetivo de todo sistema de salud es ofrecer el mejor cuidado al mayor número de personas posible. No veo razón para no considerar alianzas constructivas entre el sector público y el privado, siempre y cuando mantengamos la transparencia y la diferencia en sus roles respectivos. Este es otro reto para el futuro, y estoy muy impresionado por el trabajo que ISGlobal está realizando en este sentido.