Un estudio relaciona la exposición prenatal a los ftalatos con una peor función pulmonar en la infancia
Un segundo trabajo científico halla una asociación entre la exposición prenatal al BP3 y mayores índice de masa corporal y presión arterial en la preadolescencia
03.10.2022Un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación ”la Caixa”, ha hallado que la exposición a los ftalatos en el vientre materno se relaciona con peores resultados en pruebas de función pulmonar en la infancia. La investigación se ha dado a conocer en la revista Environmental Pollution y sus resultados refuerzan las restricciones que la Unión Europea impone actualmente al uso de estas sustancias .
Los ftalatos son compuestos químicos ampliamente utilizados como plastificantes, así como en lacas o barnices. Se han utilizado de forma extensiva en la fabricación de un amplio abanico de productos de consumo que van desde juguetes a envases de alimentos, ropa, detergentes, cosméticos y disolventes, entre otros. Con el paso del tiempo, estos productos de consumo liberan ftalatos en su entorno circundante, de manera que es posible detectarlos en el aire, en el polvo, o en la comida, convirtiéndose en prácticamente ubicuos. Además, la exposición humana a estos compuestos empieza en un estadio temprano, ya que los ftalatos tienen la capacidad de traspasar la placenta y penetrar en el útero. Los ftalatos están identificados como disruptores endocrinos y han sido asociados con numerosos problemas en el desarrollo y en la salud reproductiva.
“La exposición gestacional a los ftalatos ya había sido asociada de manera consistente con un mayor riesgo de asma en la infancia, pero existe escasa evidencia sobre su posible relación con la función pulmonar y ésta es poco clara”, explica Magda Bosch de Basea, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio.
Para llevar a cabo la investigación, el equipo contó con 641 madres y sus hijos e hijas de las cohortes de nacimiento del Proyecto INMA en Sabadell y Gipuzkoa. La exposición gestacional a ftalatos se analizó a partir de muestras de orina de las madres recogidas durante el embarazo. Posteriormente, se evaluó la función pulmonar de los niños y niñas en diversas etapas de su desarrollo entre los cuatro y los once años de edad mediante espirometrías.
Como muestra de la ubicuidad de los compuestos estudiados, los análisis de laboratorio permitieron detectar los 9 metabolitos de los ftalatos estudiados, es decir, las sustancias en las que los ftalatos se transforman una vez metabolizadas por el cuerpo humano, en prácticamente el 100% de las muestras de orina examinadas. En todas las etapas del desarrollo de los niños y niñas participantes los metabolitos examinados se asociaron con disminuciones en dos de los parámetros que determinan la función pulmonar: la Capacidad Vital Forzada (CVF o FVC), que mide el volumen máximo de aire que una persona es capaz de espirar; y el volumen espirado máximo en el primer segundo de la espiración (VEMS o FEV1). No obstante, el equipo científico observó que, por lo general, las asociaciones entre determinados metabolitos (por ejemplo: el MiBP o el MBzP) y peor función pulmonar eran estadísticamente significativas únicamente en edades tempranas, pero no así en las espirometrías realizadas en años posteriores. Este patrón coincide con el observado por otros estudios en modelos animales que sugieren que los posibles efectos de estos compuestos sobre la función pulmonar se revertirían con el paso del tiempo.
De igual forma, este estudio identificó, mediante métodos estadísticos que tienen en cuenta la exposición a mezclas de compuestos, el MBzP como un compuesto con un peso relevante en el efecto observado sobre la función pulmonar. “Esto nos lleva a pensar que este metabolito —el MBzP— podrían ser uno de los sospechosos principales en la relación observada con una función pulmonar reducida durante la infancia”, apunta Judith Garcia-Aymerich, jefa del programa de Enfermedades No Transmisibles y Medio Ambiente de ISGlobal y coautora sénior del estudio.
“Actualmente el uso de algunos ftalatos en determinados productos de consumo ya se encuentra restringido en la Unión Europea. Si bien es cierto que las asociaciones observadas en nuestro estudio son de una magnitud relativamente pequeña, la ubicuidad de estas sustancias y sus conocidos efectos como disruptores endocrinos en la infancia nos llevan a sugerir que la normativa se amplíe para incluir más ftalatos y que se extienda a países que todavía no aplican estas restricciones”, concluye Maribel Casas, investigadora de ISGlobal y coautora sénior del estudio.
Los nueve metabolitos de ftalatos estudiados son: MEP, MiBP, MnBP, MCMHP, MBzP, MEHHP, MEOHP, MECPP y MEHP.
Exposición prenatal al BP3 e índice de masa corporal y presión sanguínea
Por otra parte, un segundo estudio también coordinado por ISGlobal y publicado recientemente en Environment International , ha hallado una asociación entre la exposición prenatal a la benzofenona-3 (BP3) y un mayor índice de masa corporal y una presión diastólica más elevada al alcanzar los 11 años de edad.
El BP3 es un ingrediente habitual en cosméticos y protectores solares, debido a sus cualidades como filtro de los rayos ultravioleta. Se trata, sin embargo, de un disruptor endocrino perteneciente al grupo de los fenoles.
El estudio se proponía evaluar si la exposición a los ftalatos y a los fenoles antes del nacimiento se asociaba con mayor índice de masa corporal y presión arterial en la adolescencia. Para ello, usaron datos de 1.015 madres y sus hijos e hijas de la cohorte de nacimiento del Proyecto INMA. La exposición a ocho metabolitos de ftalatos y a seis fenoles distintos se analizó a través de muestras de orina recogidas en el primer y tercer meses de embarazo, mientras que el índice de masa corporal y la presión arterial se registraron cuando los niñas y niñas habían cumplido los 11 años.
El equipo no halló otras asociaciones con ninguno de los demás compuestos analizados, así como tampoco con el conjunto de todos ellos. En el caso del BP3, las asociaciones halladas se observaron de forma más consistente en preadolescentes que habían alcanzado el inicio de la pubertad .
“La pubertad es, junto con las etapas fetal y neonatal, una de las ventanas en las que se pueden producir con mayor probabilidad los efectos de los disruptores endocrinos”, informa Núria Güil, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio. “Los resultados de nuestro estudio muestran los efectos potenciales del BP3 en la disrupción del metabolismo durante la pubertad y subrayan la necesidad de endurecer la regulación para el uso de este compuesto en determinados productos”, añade.
Referencias
Magda Bosch de Basea, Anne-Elie Carsin, Alicia Abellan, Inés Cobo, Aitana Lertxundi, Natalia Marin, Raquel Soler-Blasco, Jesús Ibarluzea, Martine Vrijheid, Jordi Sunyer, Maribel Casas, Judith Garcia-Aymerich, Gestational phthalate exposure and lung function during childhood: A prospective population-based study, Environmental Pollution, Volume 312, 2022, 119833, ISSN 0269-7491, https://doi.org/10.1016/j.envpol.2022.119833 .
Nuria Güil-Oumrait, German Cano-Sancho, Parisa Montazeri, Nikos Stratakis, Charline Warembourg, Maria-Jose Lopez-Espinosa, Jesús Vioque, Loreto Santa-Marina, Alba Jimeno-Romero, Rosa Ventura, Nuria Monfort, Martine Vrijheid, Maribel Casas, Prenatal exposure to mixtures of phthalates and phenols and body mass index and blood pressure in Spanish preadolescents, Environment International, Volume 169, 2022, 107527, ISSN 0160-4120, https://doi.org/10.1016/j.envint.2022.107527 .