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Investigación

Expertos muestran cómo la resiliencia ante el Alzheimer difiere según el sexo y el género

Hombres y mujeres presentan diferencias en la exposición al riesgo, las patologías cerebrales y las capacidades de afrontamiento de la enfermedad

05.07.2024
Alzheimer
Foto: Canva

Un grupo de expertos internacionales liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación "la Caixa", bajo el paraguas de The Alzheimer's Association International Society to Advance Alzheimer's Research and Treatment, ha presentado una declaración de consenso sobre las disparidades de sexo y género en la resiliencia a la enfermedad de Alzheimer y pide que estas diferencias se incorporen en futuras investigaciones. El trabajo se ha publicado en Alzheimer's & Dementia: The Journal of the Alzheimer's Association.

Las mujeres constituyen la mayoría de las personas con Alzheimer y tienen un doble de riesgo de sufrirlo a lo largo de su vida. La prevalencia de factores protectores y de riesgo, la carga de patologías de la enfermedad de Alzheimer y otras afecciones relacionadas, como las enfermedades cerebrovasculares, difieren según el sexo y el género, debido a factores biológicos (por ejemplo, el riesgo genético) y a factores construidos socialmente (por ejemplo, la educación o el estilo de vida).

"Evaluar cómo interactúan el sexo y el género es crucial para comprender los mecanismos que mantienen la función cognitiva y reducen la acumulación de patologías en el envejecimiento y la enfermedad de Alzheimer, es decir, los factores de resiliencia y resistencia", afirma Eider Arenaza-Urquijo, investigadora de ISGlobal, primera autora del estudio y Presidenta del Grupo de Reserva, Resiliencia y Factores de Protección de la Asociación del Alzheimer.

Resistencia y resiliencia en el Alzheimer en hombres y mujeres

Basándose en la revisión de una gran cantidad de literatura, el equipo identificó diferencias de sexo y género en el riesgo de demencia y detectó lagunas en la comprensión de las vías específicas de riesgo y resistencia.

Aunque las mujeres suelen mostrar una ventaja cognitiva inicial, su deterioro es más rápido que el de los hombres a medida que avanza la enfermedad. Esto puede deberse a un desarrollo diferencial de patologías, lo que se conoce como resistencia al Alzheimer, o a capacidades diferentes para mantener el funcionamiento normal a lo largo del tiempo y hacer frente a la patología una vez que ésta está presente, lo que se conoce como resiliencia cognitiva al Alzheimer.

De hecho, las mujeres muestran inicialmente una mayor resiliencia, afrontando mejor la patología y la atrofia cerebral y manteniendo la función cognitiva. La mayor resistencia inicial de las mujeres está respaldada por investigaciones con animales que demuestran el papel protector del cromosoma X en la enfermedad de Alzheimer (las mujeres suelen tener dos cromosomas X, mientras que los hombres tienen uno). Sin embargo, esta resistencia inicial se desvanece a medida que avanzan hacia un diagnóstico clínico de deterioro cognitivo leve y enfermedad de Alzheimer, cuando muestran una mayor vulnerabilidad. De hecho, los estudios sugieren que las mujeres son más propensas a presentar una acumulación anormal de proteína tau en el cerebro y muestran una mayor carga de patologías vasculares, sobre todo después de la menopausia.

El equipo investigador propone varios mecanismos que explican el riesgo y la resistencia diferenciales en mujeres y hombres, entre ellos una mayor prevalencia de inactividad física y trastornos afectivos en las mujeres, pero también factores biológicos. En este sentido, los hallazgos genéticos sugieren que la resiliencia podría estar asociada a vías inmunitarias en las mujeres y cardiovasculares en los hombres.

Abordar los factores modificables

Según los autores, los estudios sobre la resiliencia en el Alzheimer se han centrado principalmente en los comportamientos individuales, sin tener en cuenta cómo los factores sociales y culturales, como el género, influyen en estos comportamientos y, por tanto, en el riesgo y la resiliencia. En este sentido, es importante destacar que las diferencias en la función cognitiva entre hombres y mujeres podrían estar disminuyendo en función de la reducción de las desigualdades de género, debido a más oportunidades para las mujeres en educación, participación laboral y mejoras en su situación económica y condiciones de vida. "Los factores de protección, como la educación, pueden tener efectos diferentes en hombres y mujeres. Necesitamos comprender la complejidad de las interacciones entre factores biológicos y sociales para entender la resiliencia a la enfermedad de Alzheimer", argumenta Arenaza-Urquijo.

Por este motivo, el equipo aboga por un enfoque de la resiliencia que tenga en cuenta el sexo y el género para comprender mejor la compleja interacción de los determinantes biológicos y sociales. "Centrarse más en el impacto diferencial de los factores modificables informará sobre si un factor específico tiene un mayor impacto en la resiliencia cognitiva o cerebral en hombres o mujeres", destaca Arenaza-Urquijo.

Recomendaciones para futuras investigaciones

Para mejorar la comprensión de cómo el sexo y el género afectan a la resiliencia cognitiva ante el envejecimiento y la enfermedad de Alzheimer, los investigadores e investigadoras recomiendan varias direcciones clave para futuros estudios. En primer lugar, subrayan la necesidad de explorar cómo interactúan los factores de sexo y género en las distintas culturas, teniendo en cuenta las diferencias demográficas, genéticas, sociales y clínicas que influyen en el riesgo de demencia.

La investigación también señala que las diferencias de sexo/género en las características cerebrales, como la conectividad cerebral, siguen sin estudiarse como factores de resistencia a la enfermedad de Alzheimer que pueden minimizar el impacto de las patologías en la cognición.

Los autores sostienen también que la publicación de resultados negativos es crucial para evitar sesgos y que todos los estudios deberían incluir resultados desagregados por sexo. Por último, señalan la importancia de considerar el sexo y el género de forma no binaria y de incluir a las poblaciones LGTBIQ+ en los estudios, que suelen estar infrarrepresentadas y se enfrentan a una mayor carga de enfermedades crónicas.

 

Referencia

Arenaza-Urquijo, EM., Boyle, R., Casaletto, K., Anstery, K., Vila-Castelar, C., et al. Sex and gender differences in cognitive resilience to ageing and Alzheimer's disease. Alzheimer's & Dementia. Doi: 10.1002/alz.13844