Mejorar la distribución de los espacios verdes en Barcelona podría prevenir 178 muertes prematuras cada año
Un estudio estima el impacto que el incremento en la cubierta vegetal tendría sobre la mortalidad
24.02.2025
Reverdecer una de cada tres calles de la ciudad de Barcelona podría, potencialmente, prevenir 178 muertes prematuras cada año gracias al incremento de la vegetación que comportaría esta intervención urbanística. Además, en meses donde se produjesen olas de calor, los árboles y jardines urbanos contribuirían a evitar otras 5 muertes asociadas a la temperatura. Estas son las principales conclusiones de un estudio de impacto en salud realizado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), un centro impulsado por la Fundación ”la Caixa” y publicado en la revista Environment International.
Metodología
Es sabido que los espacios verdes se asocian a un buen número de beneficios para el bienestar y la salud física y mental, incluyendo una disminución de la mortalidad prematura. Además, el arbolado y la vegetación urbanos proporcionan zonas de sombra y ayudan a combatir los efectos de las islas de calor urbanas. Por ello, un equipo de ISGlobal se propuso estimar los efectos que la implementación integral del plan de los Ejes verdes sobre la mortalidad de la población adulta de Barcelona en relación a dos variables: porcentaje de la superficie urbana dedicada a espacios verdes y temperatura ambiente. En su formulación teórica, el plan de los Ejes verdes preveía que una de cada tres calles de la ciudad se convirtiese en un corredor verde.
El equipo tomó 2019 como año de referencia previo a una hipotética implementación del plan. Posteriormente, obtuvieron los datos de mortalidad relativos a ese año y a la ciudad de Barcelona de dos fuentes: el Instituto de Estadística de Cataluña (IDESCAT) y el Instituto Nacional de Estadística (INE). El porcentaje del área verde de la ciudad se obtuvo a través de mapas específicos de la Agencia Europea del Medio Ambiente (EEA). Según las previsiones descritas en el propio proyecto de los Ejes verdes, estimaron que la intervención daría lugar a un incremento del 7% o del 15% en la superficie verde de cada calle o intersección, en función de la anchura de las mismas.
Por último, para estimar el número de muertes prevenibles como consecuencia de los incrementos en la superficie de espacios verdes prevista se valieron de estudios científicos anteriores que cuantificaban esta relación.
Incremento del 3,64% en la superficie de espacios verdes
Los resultados muestran que la creación de Ejes verdes por toda la ciudad supondría un incremento del 3,64% en la superficie destinada a espacios verdes, pasando del 7,3% que había en 2019 a un 10,9%. Este incremento tendría el potencial de evitar 178 muertes prematuras al año, o lo que es lo mismo: 13 muertes por cada 100.000 habitantes.
“Barcelona es una ciudad compacta con un reto en lo que respecta a espacios verdes: tiene una escasa área destinada a este fin y, además, la poca que tiene está mal repartida, ya que se encuentra sobre todo en la periferia”, explica Tamara Iungman, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio. “Aunque el incremento de espacios verdes que estimamos es modesto en términos de porcentaje, ya que no alcanza el 4% y la ciudad seguiría estando muy lejos del 25% recomendado, su impacto en términos de salud sí es significativo. Esto es debido a que el plan de los Ejes verdes preveía una distribución equitativa de estos espacios a lo largo de toda la ciudad”, añade.
Se evitarían cinco muertes asociadas al calor
Paralelamente, el equipo realizó un segundo estudio de impacto en salud, relacionado con la mortalidad atribuible al calor. Con la ayuda de diversos modelos, estimaron que el incremento en la superficie destinada a espacios verdes esperado se podría traducir en una reducción de la temperatura media de 0,05 º C, llegando a alcanzar los 0,42º C de reducción en algunos puntos de la ciudad.
Una vez obtenidas estas cifras y usando la relación entre exposición a la temperatura y mortalidad establecida en estudios científicos anteriores, estimaron que en una hipotética Barcelona de Ejes verdes se podrían evitar 5 muertes al mes en situaciones de temperaturas elevadas como las registradas en el mes de verano de 2015 que se tomó como referencia. Esto equivale a una muerte cada seis días.
“Aunque el impacto de los Ejes verdes sobre las temperaturas no sería desdeñable, es evidente que harían falta medidas complementarias específicamente destinadas a combatir el calor y a adaptarnos a él. Esto es especialmente relevante en un contexto de cambio climático y de población que envejece y se vuelve más vulnerable ante los efectos de las temperaturas elevadas”, advierte Tamara Iungman.
Muertes evitables con el Plan Director Urbanístico Metropolitano (PDUM)
Dado que el plan de los Ejes verdes fue pospuesto, el equipo decidió analizar una alternativa: el Plan Director Urbanístico Metropolitano (PDUM) del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), que tiene entre sus objetivos incrementar la superficie destinada a espacios verdes para el año 2030. Siguiendo la misma metodología que en los pasos anteriores, se calculó que el incremento de espacios verdes previsto en este plan podría prevenir 53 muertes prematuras al año en la ciudad de Barcelona, es decir, 4 muertes por cada 100.000 habitantes.
En lo que se refiere a la temperatura, el PDUM lograría una reducción media de 0,03 º C, aunque con una reducción máxima de 0,77º C en una zona concreta de la ciudad. Este descenso térmico permitiría prevenir 3 muertes al mes en situaciones de temperatura como la usada de referencia.
“En nuestro análisis observamos que el PDUM obtendría unos réditos en términos de salud más limitados que los Ejes verdes. Esto puede explicarse porque las intervenciones contempladas en el PDUM están más localizadas y no se distribuyen de forma equitativa por toda la ciudad, con lo que solo las personas que viven más próximas a esos puntos se podrían beneficiar de ellas”, apunta Mark Nieuwenhuijsen, director del programa de Clima, contaminación atmosférica, naturaleza y salud urbana de ISGlobal.
“Cabe tener en cuenta que en este estudio únicamente hemos tenido en cuenta la relación directa entre espacios verdes y mortalidad. De cualquier intervención urbanística que proponga incrementar la superficie destinada a espacios verdes no solo cabría esperar una reducción en la carga de enfermedades, sino también beneficios adicionales asociados a la reducción de la contaminación del aire y del ruido y del incremento en los niveles de actividad física”, añade Nieuwenhuijsen.
Actualmente, el equipo científico de ISGlobal se encuentra realizando un estudio con la misma metodología para evaluar el impacto sobre la mortalidad del proyecto Cubiertas verdes, una iniciativa del actual Ayuntamiento que plantea el reverdecimiento de tejados.
Referencia
Tamara Iungman, Sergi Ventura Caballé, Ricard Segura-Barrero, Marta Cirach, Natalie Mueller, Carolyn Daher, Gara Villalba, Evelise Pereira Barboza, Mark Nieuwenhuijsen. Co-benefits of nature-based solutions: A health impact assessment of the Barcelona Green Corridor (Eixos Verds) plan, Environment International, Volume 196, 2025, 109313, ISSN 0160-4120, https://doi.org/10.1016/j.envint.2025.109313.