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Investigación

La quinta y última reunión anual de HARMONIC muestra grandes progresos

El proyecto europeo ha establecido cohortes, bases de datos y bancos de muestras para entender el efecto de la exposición a radiación ionizante durante la infancia

04.06.2024

El consorcio HARMONIC celebró su quinta y última reunión anual los días 28 y 29 de mayo en Lovaina (Bélgica) para debatir los progresos realizados por cada paquete de trabajo (WP) y los próximos pasos, incluida la forma de garantizar la sostenibilidad de algunos productos del proyecto más allá de su finalización en noviembre de 2024.

«Me complace decir que el consorcio ha realizado un trabajo ingente, a pesar de la pandemia de COVID-19 y de los problemas jurídicos y técnicos que plantea el intercambio de datos entre socios de distintos países», afirma Isabelle Thierry-Chef, investigadora principal de HARMONIC. El proyecto, financiado por la Comisión Europea, tiene como objetivo comprender los efectos tardíos en la salud de la exposición a radiaciones ionizantes durante la infancia, con especial atención a pacientes con cáncer expuestos a radioterapia con fotones o protones y pacientes expuestos a rayos X durante procedimientos cardíacos.

Progresos realizados

Cohortes y bases de datos establecidas: Uno de los principales logros de HARMONIC ha sido la creación de un registro europeo, complementado con un biobanco, de niños tratados con radioterapia con fotones o protones. Se han incluido en el registro más de 2000 pacientes con cáncer de los diferentes centros asociados, y tres de los centros siguen reclutando. Los datos se recogen con un formato específico en dos bases de datos vinculadas: una contiene datos clínicos y socioeconómicos codificados del paciente; la otra, datos de imagen. También se han recogido muestras biológicas (sangre y saliva) de algunos de estos pacientes en un biobanco. El análisis de todos estos datos ayudará a comprender el impacto de la enfermedad y su tratamiento en la calidad de vida de los pacientes, y a identificar los efectos tardíos sobre la salud de exposición a fotones o protones, incluyendo disfunción endocrina, daños cardiovasculares o neurovasculares, y la aparición de otros cánceres en etapas posteriores de la vida. Se espera que el seguimiento de estos pacientes dure hasta 2041. “Nuestro objetivo es mantener esta base de datos para los cinco centros de investigación del consorcio más allá de la duración del proyecto, para asegurar el seguimiento de los participantes incluidos y continuar reclutando nuevos”, explica Neige Journy, líder del WP2. “Si es posible, también queremos ampliar la base de datos a otros centros y permitir el uso del registro para apoyar otros estudios y colaboraciones”, añade.

Otro logro clave ha sido crear nuevas cohortes -o ampliar las existentes- de niñas y niños expuestos a rayos X durante intervenciones cardiológicas, y vincular estos datos con los registros nacionales de cáncer para estimar el riesgo de desarrollar cáncer más adelante en la vida. En Bélgica, Francia, Alemania, Italia, Noruega y España se han recogido datos de más de 66.000 pacientes (incluyendo datos recogidos anteriormente en el Reino Unido), que los investigadores del WP3 están agrupando para su análisis.

Herramientas validadas para la dosimetría: Para relacionar los efectos tardíos sobre la salud con la exposición a la radiación en estas dos cohortes, es necesario estimar las dosis de radiación recibidas por cada paciente, no sólo en la zona diana, sino también en el resto del cuerpo. El WP4 ha desarrollado y validado las herramientas para esta reconstrucción de dosis en todo el cuerpo, tanto para radioterapia como para cardiología intervencionista. El equipo de investigación puede ahora estimar retrospectivamente las distribuciones de dosis en todo el cuerpo para los pacientes de las dos cohortes y asociar la exposición a la dosis con los resultados de salud. El WP4 también desarrolló un software que utiliza la realidad mixta para ayudar a los cardiólogos pediátricos a tomar decisiones antes de la intervención y optimizar las dosis de radiación.

Identificación de mecanismos y biomarcadores: El equipo del WP5 ha empezado a analizar muestras de sangre de las dos cohortes de pacientes para identificar vías biológicas que puedan conducir a efectos tardíos sobre la salud, en particular daños vasculares y un segundo cáncer primario. Entre otras cosas, están estudiando los perfiles de proteínas plasmáticas, el envejecimiento celular y la expresión génica alterada. «Analizando muestras tomadas antes y hasta un año después de la exposición, esperamos identificar biomarcadores de efectos tardíos», afirma Siamak Haghdoost, líder del WP5.

Próximos pasos

En los seis meses restantes, el consorcio completará la recogida y el análisis de datos. Dado que el intercambio de datos entre países ha sido uno de los mayores retos durante el proyecto, el consorcio también pretende hacer algunas recomendaciones sobre cómo facilitar esta tarea en el futuro, garantizando al mismo tiempo la privacidad de los pacientes. 

El equipo de Harmonic cree firmemente que estas bases de datos deben mantenerse más allá de la vida del proyecto, ya que muchos de los efectos tardíos sobre la salud, como otros cánceres primarios, tardan muchos años en aparecer. «Hemos invertido mucho esfuerzo y recursos para construir un registro operativo de pacientes pediátricos con cáncer con una estructura que pueda ser utilizada por otros centros, y nuestras dos cohortes son extremadamente valiosas para el seguimiento a largo plazo, ya que incluyen a niños expuestos a diferentes dosis y tipos de radiación», afirma Thierry-Chef.