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Investigación

El riesgo de accidentes laborales asociados al calor se ha reducido en España en las últimas décadas

La agricultura y la hostelería registraron el mayor porcentaje de bajas médicas asociadas al calor extremo

16.10.2024
El riesgo de accidentes laborales asociados al calor se ha reducido en España en las últimas décadas
Foto: Canva

El calor y el frío extremos se relacionan con un mayor número de accidentes laborales, pero entre 1989 y 2019 el riesgo de baja médica en España en los días de calor extremo disminuyó de un 19% a un 13%, en comparación con los días de temperaturas moderadas. Estas son las conclusiones de un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), un centro impulsado por la Fundación "la Caixa", y publicado en Environment International. La investigación sugiere que las personas que trabajan en España se han ido adaptando a las temperaturas más altas, cambio posiblemente asociado a la entrada en vigor de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales en 1997.

Esta ley decretó la obligación pública de velar por el cumplimiento de la normativa de salud laboral mediante inspecciones rutinarias, reforzó el derecho de los trabajadores a medidas de protección y formación, y promovió la creación de planes de acción en empresas de alto riesgo.

El presente análisis concluye también que la adaptación al calor no se ha dado por igual en todos los grupos y que los trabajadores de la agricultura y la hostelería son quienes corren más riesgo de sufrir un accidente laboral por calor, ya sea debido a la falta de sueño, la fatiga, la deshidratación, la disminución del rendimiento psicomotor, la pérdida de concentración o la reducción del estado de alerta por la tensión térmica durante las horas de trabajo.

Trabajar en España en verano

Estudiar la relación entre las temperaturas ambientales y los accidentes laborales resulta especialmente relevante en España por “sus temperaturas de verano relativamente altas, sus ciclos económicos con recesiones intensas y prolongadas, su diversidad climática y socioeconómica, sus condiciones laborales precarias y un aumento de la temperatura significativamente más rápido que la media mundial”, en palabras de Constanza Vielma, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio.

El análisis asoció la temperatura media y las bajas médicas por accidente laboral de 48 provincias españolas a lo largo de 32 años, entre 1988 y 2019. De esta manera, se cubrían algunos años previos a la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, las recesiones de 1992-1993 y 2008-2013, el boom económico y de inmigración de 2000-2007, y la recuperación económica prepandémica de 2014-2019. En total, se abarcaron más de 22 millones de accidentes laborales.

El calor tuvo un impacto global mayor que el frío

El equipo observó que las temperaturas a las que se producen menos accidentes laborales en España se sitúan entre los 10 y los 12 º C. En consecuencia, consideraron que el aumento en el número de accidentes laborales que se producía fuera de ese rango de temperaturas óptimas estaba relacionado con el frío o con el calor. Con este método, contabilizaron 671.000 accidentes laborales atribuibles a temperaturas no óptimas durante todo el período de estudio, es decir, 20.900 accidentes al año de media, lo que representa el 3 % de todos los accidentes relacionados con el trabajo. Sin embargo, el número de accidentes atribuibles al calor o al frío fue disminuyendo de forma constante desde 1989.

En concreto el 2,7 % de todos los accidentes laborales se pudo atribuir al calor, mientras que sólo el 0,3 % se atribuyó a temperaturas más frías. Este mayor impacto del calor frente al frío se dio en todos los subperíodos estudiados.

La vulnerabilidad de la hostelería española

El equipo investigador identificó varios grupos con mayor vulnerabilidad a los accidentes laborales:

  • Los trabajadores de la agricultura, la hostelería y la construcción se mostraron los más vulnerables al calor extremo, y especialmente los de la agricultura y la hostelería, que siguieron presentando un riesgo relativamente alto (17% y 21 %, respectivamente) de accidente laboral por este motivo en el periodo 2015-2019, en comparación al riesgo general de todos los trabajadores (13%). Cabe señalar que el estudio no incluye a los trabajadores sin contrato, más vulnerables a todo tipo de riesgos debido a la falta de regulación de sus condiciones laborales. El constante aumento de la proporción de trabajadores de los servicios terciarios (de los que forman parte los trabajadores de la hostelería) en relación con la mano de obra total podría explicar el aumento de accidentes laborales relacionados con el calor en este sector. Constanza Vielma opina que “resulta imperativo comprender y abordar las vulnerabilidades únicas a las que se enfrentan los trabajadores de la hostelería española en el contexto del aumento de las temperaturas, y considerarlos junto con otros grupos tradicionalmente vulnerables al calor, como los trabajadores de la agricultura y la construcción”.
  • Los trabajadores varones, los menores de 35 años y los que tenían menos de un año de experiencia presentaban mayores riesgos de sufrir accidentes de trabajo en condiciones de calor extremo que sus homólogos. Una posible explicación es la mayor proporción de hombres, y sobre todo de hombres jóvenes, que hay en los puestos de trabajo físicamente exigentes que se desarrollan al aire libre, con exposición a temperaturas extremas. Además, la evidencia sugiere diferencias de comportamiento entre géneros. Por ejemplo, las mujeres serían más propensas a adoptar medidas preventivas, y en general, más conscientes de los riesgos laborales asociados a la temperatura.
  • La investigación apunta, asimismo, que en las provincias españolas que tienen mayor porcentaje de población con estudios superiores los trabajadores presentan menor vulnerabilidad al calor extremo. Los investigadores explican que un nivel educativo más alto podría mejorar la capacidad de los trabajadores para reconocer y prevenir los riesgos laborales; que los empleos en estas provincias presentan en general menos riesgos (son cualificados), y, finalmente, que existe una mejor salud subyacente de la población en estas provincias.
  • En el caso del frío extremo, las mujeres, las personas mayores de 55 años y los trabajadores no manuales (los que desempeñan profesiones de gestión, técnicas, terciarias, de oficina, de mostrador, de restauración y hostelería, sanitarias, de seguridad y de servicios) presentaban un mayor riesgo de baja laboral, posiblemente asociado al mayor riesgo de contagio de enfermedades respiratorias en lugares de trabajo interiores.

Se necesitan medidas preventivas

Los hallazgos del estudio sugieren que los trabajadores españoles se han adaptado gradualmente a las altas temperaturas. Sin embargo, “durante los meses cálidos se necesitan medidas preventivas para los trabajadores tradicionalmente expuestos (agricultura y construcción), los sectores no tradicionalmente vulnerables (hostelería) y los trabajadores jóvenes, varones y con menor nivel educativo”, concluye Joan Ballester Claramunt, investigador principal del proyecto EARLY-ADAPT del Consejo Europeo de Investigación (ERC) y último autor del estudio. “En cuanto a la vulnerabilidad al frío, las medidas específicas deben centrarse en las mujeres, los ancianos y los trabajadores de servicios terciarios, especialmente en las regiones más frías”, añade. Abordar la vulnerabilidad a la temperatura mejoraría la seguridad de los trabajadores, reduciría los accidentes y reportaría beneficios económicos.

El estudio también confirma que los efectos del calor sobre la salud están condicionados por las desigualdades entre provincias y los determinantes sociales. Los trabajadores de los sectores donde hay más exposición, como la agricultura, la construcción y la hostelería, corren un riesgo desproporcionado de sufrir accidentes en verano. Estos trabajos son más comunes en las regiones de España menos desarrolladas económicamente, más meridionales y, por lo tanto, más calurosas. Para Joan Ballester, “se necesitan iniciativas tanto de investigación como políticas para hacer frente a las desigualdades inherentes entre los países y dentro de ellos.”

Los resultados de este estudio serán incorporados en la plataforma Forecaster.health para crear el primer sistema de alerta temprana de los efectos de las temperaturas sobre los accidentes ocupacionales en España y a nivel europeo. La herramienta ya permite a los usuarios introducir la fecha y el subgrupo de población sobre los que desean recibir predicciones reales de eventos sanitarios por temperatura (hasta ahora solo mortalidad) en un plazo de hasta dos semanas.

Referencia

Constanza Vielma, Hicham Achebak, Marcos Quijal-Zamorano, Simon J Lloyd, Guillaume Chevance, Joan Ballester. Association between temperature and occupational injuries in Spain: The role of contextual factors in workers’ adaptation. Environment International. Volume 192, October 2024, 109006. https://doi.org/10.1016/j.envint.2024.109006