Biomarcadores en sangre para predecir la gravedad de la malaria infantil
Un estudio en Mozambique ha asociado biomarcadores inmunitarios, endoteliales y de masa parasitaria a la malaria grave
21.05.2025
La malaria sigue siendo una causa sustancial de enfermedad y muerte, afectando de forma desproporcionada a los niños del continente africano. Se calcula que cada año, fallecen en África alrededor de 430,000 niños menores de 5 años de edad por esta infección parasitaria, transmitida por la picadura de mosquitos. Un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación ”la Caixa”, en colaboración con el Centro de Investigación en Salud de Manhiça (CISM), ha identificado biomarcadores en sangre que podrían ayudar a distinguir de forma temprana los casos más graves de malaria infantil. Los resultados, publicados en la revista Scientific Reports, abren la puerta a nuevas herramientas de estratificación del riesgo y posibles terapias adyuvantes.
La malaria grave es una enfermedad compleja causada fundamentalmente por Plasmodium falciparum, el principal parásito de la malaria relacionado con esas formas graves y con mayor mortalidad, que afecta a múltiples sistemas del organismo y, por tanto, puede presentarse con distintas manifestaciones clínicas. Entre las más frecuentes se encuentran la anemia grave, caracterizada por una disminución de glóbulos rojos que limita el suministro de oxígeno a los tejidos; la acidosis, una alteración del equilibrio ácido-base que puede comprometer el funcionamiento de diversos órganos; y la malaria cerebral, en la que la infección se manifiesta por sintomatología neurológica.
¿Qué nos dicen los biomarcadores sobre la gravedad de la malaria?
Algunas moléculas presentes en la sangre, conocidas como biomarcadores, se han asociado a las formas más graves de la malaria. Entre ellos se encuentra la proteína HRP-2, que deriva del propio parásito y refleja la carga total de parásitos en el organismo. Otros derivan del huésped, es decir, del propio cuerpo humano, reflejando procesos como la activación del sistema inmunitario o el daño en el endotelio de los vasos sanguíneos.
Niveles elevados de ambos tipos de biomarcadores pueden ayudar a identificar, de forma precoz, los casos más graves, permitiendo así un manejo más ágil y adecuado de estas formas más peligrosas de la enfermedad, y en última instancia disminuir la mortalidad asociada.
“Evaluamos las posibles asociaciones entre biomarcadores del huésped y del parásito y la gravedad de la enfermedad en niños y niñas mozambiqueños/as con malaria, algo que no se había hecho anteriormente de forma simultánea”, explica Rosauro Varo, investigador en ISGlobal y primer autor del estudio. “Incluimos a 116 menores de 10 años con malaria por Plasmodium falciparum, ingresados en el Hospital distrital de Manhiça entre septiembre de 2014 y mayo de 2016”, añade. Se compararon 58 casos de malaria grave (anemia grave, convulsiones y coma, entre otros síntomas) con 58 controles de malaria sin complicaciones.
La proteína HRP-2, clave para entender los mecanismos de la malaria grave
Los biomarcadores de activación inmunitaria y endotelial (como son Angpt-2, Tie-2 y sTREM-1) se liberan a la sangre cuando se activan las células del sistema inmune o se altera la función del endotelio, la capa celular que recubre el interior de los vasos sanguíneos. Además, el equipo investigador estudió otros biomarcadores de activación inmunitaria (IL-6, IL-8, IP-10, sFlt-1, sTNFR-1, BDNF y Cystatin C). “La cuantificación de los niveles de estos biomarcadores permitió, de forma significativa, diferenciar a los casos de gravedad de los casos no complicados”, continua Rosauro Varo, “ ofreciendo un método robusto que, además, puede ser reproducible de forma objetiva para estratificar el riesgo en estos pacientes.
La proteína HRP-2, que como se señalaba, mide la biomasa del parásito, no solo fue más alta en los casos graves, sino que también se correlacionó estrechamente con varios biomarcadores del huésped, como por ejemplo la Angpt-2. “Esto refuerza la idea de que la masa parasitaria tiene un papel central en el curso de la malaria grave y ayuda a entender las complicadas interacciones que forman ese puzzle incompleto que todavía es dicha enfermedad infecciosa”, explica Alfredo Mayor, investigador en ISGlobal y autor del estudio.
La combinación de HRP-2 con otros de los biomarcadores incluidos en el estudio podrá, de ese modo, ayudar a comprender mejor su fisiopatología, pero también podría mejorar la identificación de los niños y niñas con mayor riesgo clínico. “Estos resultados allanan el camino a nuevos estudios que buscan evaluar el uso de biomarcadores no solo para la clasificación del riesgo de los pacientes pediátricos con malaria, sino que también para guiar tratamientos adyuvantes específicos, todo esto con el objetivo de mejorar el pronóstico de los pacientes”, concluye Quique Bassat, director general de ISGlobal y autor principal del estudio.
Referencia
Varo, R., Sitoe, A., Madrid, L. et al. Host biomarkers and parasite biomass are associated with severe malaria in Mozambican children: a case–control study. Sci Rep 15, 14262 (2025). https://doi.org/10.1038/s41598-025-98154-1